Ha vuelto Bridget. Y, aprovechando, vuelve también Jones.
Ambas con más arrugas y menos estrógenos, pero con las mismas ganas de hacer de esta vida un vidón. Tenía mono de soltar por aquí todo lo que pienso, que llevo mucho con el piquito apretao, pero es que la menopausia, la verdad, me ha arrasao. ¡Uff! ¡Que me ha quedado un pareado! A ver si voy a tener nuevos dones y yo sin saberlo…
Nenas, nenas, ¡bicho malo nunca muere! Ya lo decía mi abuela. Y tenemos todas claro que yo soy malísima. Así que volvió la bicha, volvió Jones: rodillas tocadas, pero lengua bien afilada.
Sí, queridas, he vuelto. Con más dolores de espalda que sueños húmedos, pero con la certeza de que aún tengo muchas cosas que decir. Porque si algo nos da la edad –además de la facilidad para localizarnos cualquier contractura en menos de cinco segundos– es el descaro de hablar sin filtros.
El ojo un poco ‘pipa’ pero estoy bien, eh!
Y hablemos claro: esta etapa de la vida es un giro argumental que ni en las mejores novelas de misterio. Nadie te prepara para esto. Un día estás fresca como una lechuga y, al siguiente, te despiertas sudando a las tres de la mañana como si hubieras corrido la maratón de Nueva York en bata de guata.
El metabolismo decide jubilarse antes que tú, el pelo se vuelve más fino que tu paciencia y los sofocos… Ah, los sofocos. Esa sensación de arder en el infierno sin haber hecho nada lo suficientemente malo como para merecerlo.
¿Hace calor o me lo parece?
Sea como fuere, ahora que tengo el tema un poco más dominado y unos mínimos restablecidos, me he dado cuenta de que necesitaba soltar todas esas cosillas que me hierven en “mis adentros”. Estaríamos, ante una NUEVA ERA.
¡Flipa! ¡Ya lo he dicho! Espero, con tremendo hype que acabo de soltar, estar a la altura.
Lo que está claro es que no hay mal que cien años dure ni cara que resista bótox sin acabar pareciendo la novia de Chucky. Así que, ya que estamos de vuelta, vamos a reírnos de la vida, de nosotras mismas y de esos veinteañeros que quieren darnos lecciones sobre “el poder de la manifestación” mientras aún no saben freír un huevo.
Que os digo yo, que, si ahora mismo pudiera manifestar la cena hecha, me daba con un canto en los dientes. Llamadme simple, pero firmaba ahora mismito.
Así que preparaos, porque la Jones ha vuelto. Con menos estrógenos, pero con más historias. Por cierto, publicaré a mi ritmo, porque a estas alturas no me mete nadie en vereda. Bastante tela que cortar trae la vida como para meterle presión extra. ¿No os parece?
Atentas, que esto se va a poner interesante…
Lo que os echaba de menos queridas. Besazos de Jones.
#YoNoSoyGente #YVosotrasTampoco





Pues yo ya estoy metida en la menopausia, y que quieres que te diga, las hormonas son un gran invento, se acaban los sofocos, mi piel es la de antes, vamos que he vuelto a ser yo. Eso sí, me he comido con patatas varios años de perimenopausia y de noches sin descansar por los puñeteros sofocos.
Yes, yes! Ahí hemos estado todas. YO creo que la solución pasa por lo que le vaya mejor a cada una. Yo ya vuelvo a dormir mejor ¡Olé Olé!
Bienvenida, querida!!!
Ays amiga! Gracias por pasarte por aquí. Sabes que eres mi idola ¿verdad?
El fanismo es mutuo, querida
¡Ole tú y la Menopausia!
¡Que esa la sufrimos unas cuantas!
Yo llevo ya cinco años y no ha podido conmigo…
¡Valor y al toro!
Yo, cada vez mejor. Excepto los días que las hormonas van por libre…