Hay dos tipos de personas en este mundo: las que salen de casa tranquilas, sin mirar atrás, y las que, a los cinco minutos, entran en un bucle de paranoia nivel CSI. Porque sí, hay TOCs que nos persiguen a diario y convierten lo que debería ser una existencia normal en un thriller psicológico con nosotros mismos como protagonistas.
- La plancha, esa asesina silenciosa. Sales de casa con toda la paz del mundo, pero a medio camino te asalta una imagen perturbadora: tu plancha echando humo como si se estuvieran quemando 200 hectáreas. ¿Solución? Volver a comprobar. Y ahí está, desenchufada, mirándote con desprecio. Yo, por si acaso, levanto el enchufe como si fuera Simba en El Rey León: “¡Lo desenchufé! – me digo a mí misma. ¡Míralo bien, cerebro, y calla para siempre!” (Nunca funciona).
2. El fogón que se enciende por arte de magia
¿He apagado el fuego? Pues claro. Lo he mirado dos veces. Además, ¡si yo soy de las que cierran siempre la llave de gas! Pues no importa, oigan, la mente TOC no se fía. Me paso la mañana imaginando la cocina convertida en una pira vikinga. Y lo peor: a veces me descubro dudando de mi propia existencia y rezando a Odín. ¿Y si en realidad no fui yo quien apagó el fuego? ¿Y si solo lo soñé? ¿Y si me estoy acordando de otro día? ¿Otro fuego? ¿Es acaso esto un TOC dentro de otro TOC?
3. La fiesta de la espuma
En un ataque de productividad matutina, vas y pones la lavadora. Das media vuelta, te vas a la siguiente tarea y de repente: “¿Le puse jabón?”. Corres a comprobar y ahí está la lavadora, girando con aire misterioso, sin responderte. Teniendo en cuenta que el lavado tarda dos horas y que no quiero arriesgarme a que la ropa salga con el mismo olor con el que entró, le echo jabón otra vez. ¿Os acordáis de las fiestas de la espuma de los 90? Si mi lavadero fuera más grande… ¡vendía entradas!
4. La puerta que nunca se cierra del todo
Cierras con llave. Lo sabes. Lo has sentido. LO HAS HECHO. Pero en cuanto bajas las escaleras, el cerebro te susurra: “¿Seguro que la has cerrado bien? ¿Y si solo creíste hacerlo?”. Y ahí vas, de vuelta a casa, solo para encontrar la puerta más cerrada que un búnker. Pero tú dudas, así que, por si acaso, la vuelves a abrir y la vuelves a cerrar, mientras afilas el oído para que el ruido llegue al cerebro en forma de “ahora sí está cerrada”. No importa, porque seguro que la próxima vez también dudarás.
Imaginaros que un día coinciden estos cuatro… Abres la puerta, cierras la puerta. Abres otra vez. Fuego apagado, sí. Más jabón, por si caso. ¿la plancha? Apagada, apagada. Voy a cerrar el gas. Calla, si ya lo había cerrado. Jabón a la lavadora, más limpia saldrá la ropa. ¿la plancha? OK, vamos one more time. Adiós. Nos vamos ¿la puerta? Cierro. Cierro. Cierro. La miro detenidamente. Suspiro.Rezo. Virgencita que tenga casa a la noche.
¿Algún TOC confesable?
#JonesTieneTocs #YoNoSoyGente #YvosotrasTampoco





