A ver señoras, para ponernos en situación, según el diccionario. Voilà la definición:
Gente: Conjunto indeterminado de personas.
Es decir, un montón de cabezas juntas. Ni muchas ni pocas. Y ahí todas revueltas. De las cuales, por lo general, no conoces a nadie de los que ahí están.
Es que no puedo más con el “que dirá la gente” y la de veces que unos y otros me lo recuerdan. Pero en serio ¿importa?
Me lo preguntan mis amigas cuando voy vestida estrafalaria (palabra que me lleva diciendo mi madre desde la adolescencia), cuando hago el ridículo máximo en una pose absurda para conseguir una foto. Cuando voy con mi mp4 semibailando por la calle. O camino comiéndome un helado de tres bolas como una cochina.
¡Pues menudo helado que me he pillado!

La gente no es nadie con quien te tomas un café, tienes una conversación o te vas de compras. La gente es un pensamiento en tu cabeza. Un pensamiento limitador de “no te salgas del rebaño”, de “esa no es la forma”, un “así no, mejor así”. Es solo una expresión para mantenerte en tu mediocridad.
Y lo que es peor, y de lo que no se habla, es que la expresión “que dirá la gente” contiene una carga de ego y soberbia que me da toda la risa.
A ver querida de mi vida ¿Cómo te lo explicaría? A la gente no le importas lo más mínimo. ¡No le importas un carajo! Pues ya está. Por si aún te lo cuestionabas.
Siento si esto te decepciona, pero a todas esas cabezas con las que te cruzas les da lo mismo que tengas las rodillas feas, que no te combine el blazer con la camiseta, que tengas la nariz ganchuda, canas a tutiplén o que te estés tomando un vino a las 10h.:
SELASUDA.COM
Sí, póngame una copa, por favor. Sí, sé que hora es. Gracias.
Y a los que de verdad si que le importas, no caben en la categoría de gente, porque son familia, amigos, conocidos y si me apuras allegados que está muy de moda.
Lo del “que dirán” es una excusa que te pones para no salir de tu zona de confort, para no hacer las cosas diferentes, para no innovar, para no ser auténtico. No vaya a ser que seas auténticamente diferente a todos. Que ¡claro! ¡eso acojona un rato!
El camino menos transitado es siempre el más interesante pero quizás andes solo un trecho así que ¡calla, calla! ¡Vayamos donde va Vicente que ha sabemos que es donde va la piii…piii (¡la famosa palabreja de marras!)
¿A ver cuanto me importa? Uh! ¡¡NADA!!
La de cosas que dejamos de hacer por el posible juicio de los demás. ¡Anda ya! Muévete en este tinglao que es la vida como tú quieras. Que como se suele decir, son dos días, y encima para mí, que soy más de sol que un lagarto, los días nublados no cuentan.
No se vosotras, pero yo pienso vivir la vida como si estuviera en el buffet libre de un todo incluido: ¡¡ARRASANDO!!
Feliz semana queridísimas.
uis madre santa, si los nublaos no cuentan yo ya gasté el cupo , me toca cruzar la acera jajaj. Es cierto eso de “a quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga…”
Yo soy así y así seguiréeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee…Madre mía ¡Alaska en vena!