Es extraño. Lo de trabajar en agosto, me refiero. Y contradictorio. Bastante.
Poca gente. Muchos sitios sin nadie. A veces me siento como si fuera la primera en llegar al cole y otras me siento como la última niña de la que sus padres se han olvidado.
A momentos me creo la reina de la carretera ante la ausencia de colas y de pronto me enajeno y pienso que la tierra se ha extinguido y soy la única superviviente. Y me parece a mí mucha responsabilidad eso. Lo de repoblar la tierra, digo.
¿Y el gimnasio? Ni un alma. ¿Y la piscina del solárium? Toda para mi sola. ¿Y los bares de ciudad? Apurando restos del congelador antes de cerrar ¡que ellos también quieren playa!
Corre Merche corre, ¡que alcanzamos las vacaciones!Y, sin embargo, en vez de estar angustiada, siento cierto placer. Poder cenar en mi balcón, que cae justo cerca de la entrada a la autopista y al que si sales parece que estas en pleno atasco porque te puedes unir al griterío. ¡Tres coches escasos pasaron ayer!
Que el otro día fui caminando al Club de Natación de mi barrio y oí piar pajarillos, pero ¿qué me dices? Eing??
Y suena a consuelo, pero lo de aparcar en la puerta de los sitios, mola. Vale que yo tengo un utilitario que cabe en todas partes, pero estoy por alquilarme un todoterreno para aprovechar.
Y no pagar zona azul ¡toma gustazo! ¿Y no hacer cola para que te sirvan una caña? Olé.
Y el Zara desierto y con la nueva temporada para atacar. ¡Pues brutal, tú! Que tengo la Visa llorando por las esquinas y los primeros botines recién compraditos en el armario.
Justo me daba en cuenta estos días con que ausencia de silencio vivimos. Que me tumbé en el sofá de mi casa a leer y tanta quietud hasta me alteraba ¡que incongruencia!
Party for me. La ciudad solita para mi. Living la vida quiet. #QueFuerte
Y es que esto es Is-Pain señores. Aquí en agosto se cierra el chiringuito. Se baja la persiana a la rutina. Nos subimos todos al mismo carro para ir a los mismos sitios y sufrir las mismas huelgas de todos los años.
Hacemos colas infinitas para tapear. Tomamos tinto de verano y calamares. Comemos helados de tres bolas que tienen las calorías de todo el día ellos solitos. Cogemos trenecitos turísticos. Compramos Coca-Colas al latero de turno que pasea por la playa.
Vamos bien de paella. Y de chiringuito. Sobre todo, mucho chiringuito y canción del verano. Que seremos horteras, pero ¡joder como nos lo pasamos!
#EyyyyyyyyyMacarena #LoDamosTodo #QueVivaLaVidaDeChiringuito
Si, somos predecibles. Repetidores año tras año de aquello que nos gusta. Que nos sienta bien. Y tan mal no lo haremos cuando muchos de los que llegan como turistas acaban afincados aquí. Porque igual no nos matamos a innovación, pero madre ¡como sientan las siestas de dos horas!, ¡que tendrían que ser ‘patrimonio nacional’!. Que te inicias a ellas con lo de las “dos horas de digestión” y luego ya pasan a formar parte de tu condición humana y hasta el pijama te pones.
Como me gusta la gente en verano. No sé si son felices, pero lo parecen. Ríen. Mucho. Muy alto. Juegan a palas. Bailotean al son de cualquier orquesta. Se divierten.
¡Ostras! Es que 350 días ocupados son muchos días para luego soltar todo el stress en apenas dos semanas.
Ya si eso me visto de playa en la ofi #Niunminutoqueperder
Y así vamos, ¡como pollo sin cabeza! Que te levantas por la mañana con una ansiedad máxima por disfrutar hasta el último minuto. Comes, bebes, te bañas, ríes, quedas con amigos, pero con aquella angustia que da saber aquello de que en cuatro días: hasta el año que viene. Qué se dice pronto pero un año… ¡un año es mucho tiempo!
¿No podríamos tener más vacaciones? Lo digo porque no llegaríamos a ellas como si se fuera a acabar el mundo y te tuviera que pillar bailando. Que casi parece que uno en verano no puede tener un mal día o enfadarse ¡que desperdicio!
Este año me ha tocado pasar la canícula al fresco de la oficina, que digo fresco porque estoy de buen humor, porque en realidad yo trabajo en una nevera, que tengo los deditos de los pies que si me los cortan ni lo noto. Pero me gusta ver, mientras tirito de frio, cómo la gente disfruta en sus lugares de vacaciones e incluso me inspiran para nuevos destinos.
#DespeluchadaSeViveMejor #CuentaAtrásParaVacaciones #Can’tWait
Dicho lo cual, servidora tiene un pie en el pueblo. Que mucho glamour, mucha influencer, pero llega agosto y me calzo las chanclas y el moño despeluchao y me voy a perderme por los pueblos indalos. Ayss, ¡que ganicas! Aysss, ¡que ya se viene la cuenta atrás! Aysss ¡que son cuatro días y pasan rápido!
He pensado que voy a aprovechar esta semana por si debo tener algún día bajo o me tengo que enfadar con alguien y si pudiera venirme la regla pues ya lo matábamos todo a la vez.
Porque para cuatro días que me voy, solo puedo permitirme ser feliz.
#YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco #JonesGoesOnHolidays
Todo llegaaaaa felices holidays
Y ya si encima no vives en mordor es todo ventajas oiga 🤣🤣🤣
No puedo imaginar mi vida en MORDOR. Necesito fotosintesis. Necesito soooooooooooooooooooool
Jaaaa este ya lo había leído y olvidado como buena ocupante de la quinta planta, así que disfrutado again. 🤦🏻♀️🤣
RE-LEER ES BIEN 🙂