Madre mía lo agotá que está mi persona. “Hoy caminamos poco rato”, me ha dicho hoy mi amiga Carol. Yo es que no sé porque aún la oigo y me la creo. Cuando yo sé que esa frase es la antesala de un dolor de gemelos asegurado. Tres horas de caminata han caído hoy.
¡Va, tía! ¡Si ya estamos!
Y hablando de frases, estaba yo pensando en los diez minutos que he pasado por el sofá, la cantidad de frases diarias que recibimos y que forman parte de nuestra cotidianidad y de nuestras acciones, así que os he hecho una selección de las más habituales.
Mi día en frases:
“El tiempo hay que ganarlo siempre por la mañana” (padre dixit): Y por eso servidora se levanta a las 6.15 am cada día. Para ganarle al amanecer casi dos horitas. Eah!
“Te levantas ya o llamo a la grúa”: frase cariñosa de mi marido, cuando abro un ojo con dificultad después de haber dormido entre poco y menos, con la intención de motivarme a salir de la cama.
Eing… ¿ya es por la mañana?
“A ti que no se te quede nada por hacer, eh” (madre dixit): esta es la frase que me espeta mi madre cada vez que le cuento en torrente las cosas que ya llevo hechas a las 9 de la mañana.
“Si es que no tienes una vida, tienes un vidón”: Otra de las favoritas de mi madre. Suele decirme esta frase cada vez que piensa que voy demasiado acelerada, que es siempre. Y es la que remata nuestra conversación.
Ya no te lo digo más veces, hija.
“¿Cómo está el pibón del Vallés?”. Esta frase me la dice mi marido todos los días cuando me llama a media mañana desde el trabajo. Vale que el Vallés no es una zona muy extensa, pero ser un pibón en mi casi-quinta-planta hace que no me importe el territorio de mi reinado.
“¿Hola? ¿Sí? Aquí el pibón del Vallés. Dime, Dime…”
“No me das pena”: Esta es la frase favorita de mi padre cuando le cuento mi día a día y que en realidad lleva implícito un “cariño ¿no deberías descansar más?”.
“¿Sabes una cosa?”: Esta es la frase con la que mi suegra suele abrir una conversación telefónica y te prepara para cualquier aventura del tipo: “Las morgallonas (cariñosamente sus amigas) y yo hemos hecho un café en un banco, como no hay bares”. Mal veo el botellón, pero el cafetón…
“¿Cómo está mi chef?”: Frase que me dice algunas noches el sargento y que implica un peloteo máximo, ya que sabe que lo único que hago en la cocina son ensaladas. Y sencillitas.
Hacía la medianoche cuando el sargento se retira y yo me he fundido con el sofá siempre cae el: “Va, vete a dormir, que es tarde”. Esta frase no hace ningún efecto, más allá de una mirada que quiere decir #YaSiEsoAhoraVoy. Y cuando vuelvo a abrir los ojos son las 2 am.
No importa a que hora me meto en la cama. Incluso cuando el Sargento está en fase REM, abre un ojo y me dice: “¿Has apagado la calefacción?”
Que me lo pregunta hasta durmiendo…
Y si sabéis restar y atar cabos: me acuesto a las 2am y me levanto a las 6:15am… me da para soñar poco y dormir deprisa.
Así que os dejo ya, ¡que estoy en tiempo de descuento!
Good night.
Uffff yo si duermo eso me quedo pegatina en cualquier parte , yo soy ave nocturna, ma acuesto a las 2 pero muy dormilona, me levanto a las 11 jeeee