Sí y lo repito: Yo no quiero viajar, yo quiero teletransportarme.
Perdonar, pero es que a mi viajar me parece un rollo. Pero un rollo pollo. Por tres razones:
– Hacer la maleta con sus consecuentes “por si’s” (por si llueve, por si refresca, por si hace calor,..)
– Buscar el viaje, avión, hotel… (buenuuu el mano a mano con las tarifas de internet es terrible y una guerra perdida de antemano) y…
– Pasar la penuria de las pocas o muchas horas que nos separan de nuestro destino (no me diréis que no habéis descartado destinos porque están a un montón de horas de viaje!!)
Pero hoy os voy a hablar sólo de la primera: Hacer la maleta es un horror. Tienes que llevarte media casa o la casa entera y hacer magia potagia para que todo quepa en un cubículo y pese menos de 20 kilos.
Cosas a llevar si o si: El cepillo y la pasta de dientes es lo primero que entra
(antes muerta que con un paluego), el desmaquillante de ojos, el de cara y algodón consecuentemente. El sérum y la hidratante. El quitaesmalte y el esmalte (ah y el brillito para acabado), el cepillo para peinar pelazo. La BB Cream 3 en 1 que no cabe en tu neceser de mano, las toallitas de higiene intima (otro por sí), un par de coleteros y una lima de uñas. Todo esto solo para empezar, así, como quien no quiere la cosa. Y ya parece que el tema restauración lo tenemos controlado.
Vamos con los conjuntitos. Lo más practico es llevártelos hechos. Esto te ahorra espacio en la maleta y tiempo en destino de pensar que te pones.
Aun así y aunque empiezas con buena voluntad…caen dos shorts, 3 camisetas, 3 tops, un vestido ibicenco, una ajustado más “de arreglar”, un par de falditas monas, el peto tejano, dos jeans, la cazadora tejana, un pantalón negro básico… ¡en fin…un sinfín! 8 kilos
Añade ahora los zapatos: las chanclas para estar cómoda allá donde vayas y para entrar a duchas ajenas e indeseables. Unos zapatos planos para “patear” lo que te echen, unas bambas “por si” te da por hacer ese ejercicio que llevas un año planteándote (y crees que el arrebato te va a dar en plenas vacaciones).
Unas plataformas, para las salidas informales de tarde y unos taconazos para la noche, en negro que van con todo. O casi.
Así que echas también unos nude para asegurar el tiro. Y dicho esto tu maleta ya pesa 13 kilos.
Y vas a por los bolsos…
Una mochila para cuando sales por ciudad, en la que te cabe un agua, una chaquetita, un abanico, la cámara de fotos y dos elefantes blancos… ¡de todo se puede encontrar ahí! Y un bolso cruzado, una bandolera vamos, que
combine con tus plataformas, anteriormente citadas, para ir conjuntadísima de la muerte al mercadillo de turno. Un bolso pequeño, no vas a ir vestida de noche y con bolsazo. Y ya de paso echa un clutch que nunca se sabe lo que puede acaecer. 17 kilos.
Aquí ya te das cuenta que la maleta se va engrosando y decides que te vas a llevar pocos complementos: Un foulard para el día “de trote” y uno para la noche por si los aires acondicionados. Un par de collares étnicos, dos collares babero del tamaño de Gibraltar, un cinturón estrechito (y uno ancho también), un par de juegos de pulseras, que dan mucho rollo en verano y un par de anillacos vintage de esos que no-se-pueden-quedar-en-casa. Vamos, ¡lo mínimo!
Ahhh! Y te acabas de acordar que no has cogido tu capazo (¿Qué es el verano sin un buen capazo?), ni las cangrejeras!! Con lo trendy que tú eres, las cangrejeras se vienen sí o sí.
594737 kilos. #dimequenovasconryanairotearruinas
Y te sientas a cerrar la maleta que está a punto de vomitar toda la ropa, cuando ¡por Dios! ¡La ropa interior! Cómo ya estás muy agotada, pones directamente 7 tangas, 7 braguitas y 7 culottes, así si no es una cosa será otra. Un sujetador “que aguante”, el “sin tirantes”, el “cruzado” para los vestidos con espalda al aire. Uno en blanco para el vestido ibicenco y el nude para que no trasparente con según qué prendas.
¡Lo tienes! Te tiras encima de la maleta y das unos culazos cual luchador de sumo hasta que, a riesgo de que las cremalleras salgan disparadas, consigues cerrarla. Y en ese momento llorarías. Ya no te apetece lo más mínimo el viaje, solo quieres la comodidad de tu armario y zapatero y dejar el bote abierto del desmaquillador si te apetece.
¿Es o no es un rollo? Yo lo que querría es teletrasportarme, aparecer en el destino y encontrar allí mi armario. Mis cosas. Todo lo que necesito.
¿No os pasa a vosotras? Es pensar en hacer la maleta y me deprimo, eso sí cuando llego a destino y a modo de premio me forro a mojitos para consolarme del descalabro emocional y físico que me ha supuesto llenar la dichosa maleta.
Y las vacaciones a la vuelta de la esquina. ¡He de comprar una maleta más grande…pero ya!
#porfavorinventarelteletransporteya #hacerlamaletaesunrollopollo #yencimasiempretedejasalgo


