Se nos ha acumulado vida. La que nos quitó este pasado año pandémico. Y a mí me sale a borbotones por todos los poros. Me rebosa.
Cómo diría mi querida Rosa Palo: el verano se me antoja breve. Y a mí me falta tiempo para estrujarlo al máximo. Lo estoy viviendo en modo kamikaze y casi con desesperación.
Que lo estoy yo viendo venir que cierras los ojitos para echar una siesta estival y los abres ya necesitando la primera chaquetilla de finales de septiembre.
¿Perdonaaaaaaaaa? ¿Pero no era verano hace un rato?
Así que este año lo he adelantado todo. Empecé ponerme morena con los primeros rayos de abril a golpe de piscina y con la excusa de hacer largos. Las terracitas las estrené así las abrieron. Las “VACACIÓN”, ese maravilloso termino que he acuñado y que significa “esas 48 horas de fin de semana lejos de tu población pasándolo en grande”, empecé a ponerlas en marcha en mayo. Y con deciros que hasta la visita a mi querida Carboneras la adelanto este año.
A mí que me quiten lo bailao, lo viajao, lo comio y lo servio. Que mi cuerpo lo lleva. Especialmente lo comido. Ahí bien pegadico a mis caderas lo llevo.
Yo pensando en mi próxima VACACIÓN…
En este verano que llega con un 5 por delante y cinco kilos por detrás; voy a hacer caso más que nunca a eso que dice siempre mi madre: “Hija, que a ti no te quede nada por hacer”. Aunque me da que ella lo dice con cierto tono jocoso-preocupante.
Cierto es, según el sargento, que ese modo URGENTE de vivir el verano roza lo inconsciente. A la caída desde el pedal me refiero. Que surcaba yo el pasado lunes un lago francés en uno de esos barcos-patinete-pedales, cuando en mi ambición de sentirme joven me lancé desde la borda de ese barquichuelo traicionero.
El karma no estaba de mi parte y, con mala suerte, dí un traspiés que acabó en rodillazo contra el plástico y de cabeza al lago: no se puede ser menos elegante y caer con menos gracia. De primero de patética.
Yo, cayéndome con cero glam.
Al punto de rotura de ligamentos me quedé o lo que es peor de rotula. A lo que mi traumatólogo de toda la vida me dijo: “Tendríamos que empezar a ser menos arriesgada”.
Ni que fuera yo Nikita. En fin. Dicho y hecho. Corregir es de sabias. A partir de ahora solo voy a cogerme un pedal a base de gin-tonics y cerca de una cama. Mejor una buena resaca que una rotula partida. He visto la luz.
Lo que pasa es que a mí las sombras me acechan en seguida. Bueno, a ver si me nace un poco de conocimiento, que según mi madre tengo el justo para pasar el día, y acabo escribiendo un verano de esos para el recuerdo. Y así, entre vacación y vacación: Vacaciones.
¿Pues no decían que si tenías ‘flotador’ no te hundías?
Señoras vivir siempre ha sido urgente, pero este año más: que hemos acumulado vida por gastar.
Con cuidadito pero… este verano ¡vamos a echar los restos!
Jaaaa demasiado acumulado de todo tipo y deja ya de caerte que llevas años dándome sustos a tutiplén 🤪 disfrutad tope Max
Madre mía…¡menos mal que este verano no he tenido más sustos! Que aún estoy recuperando la rodilla del porrascazo de julio. me ha quedado claro: pedal + lago = never more in the life
Vivir a tope, que hay mucho que recuperar!!!