Para propósitos ésta el año. Que ha llegado 2022 con la frente marchita de antemano y con vistas a hacernos tener más cintura, si cabe, que el pasado año con sus vaivenes. En mi caso, este tema es real, porque mi michelín crece al mismo ritmo que el desánimo y cansancio coronavírico. O para el virus o me desparramo yo. No veo otra.
Al tema, que dada la imposibilidad circunstancial de marcarse, lo que se viene conociendo como propósitos de toda la vida de Dios, porque viene el bichaco y te los suspende en cero coma, lo que he hecho es marcarme objetivos “de a mes”.
Que si se jode el invento, te estropea solo 30 días y en principio los siguientes quedan intactos, ¡amárrenme esos pavos!
¿Propósitos para todo el año? Estamos locos o what?

Este año me he venido arriba con este tema y he decidido ser una profesional objetivándome, así que me he entregado a la filosofía kaizen, de mejora continua.
A ver, que viviendo con un ingeniero que hace un Excel de reparto de tareas de casa con filtros incluido, antes o después iba a caer el kaizen sí o sí. Las conversaciones en la cena son de lo más metodológicas y menos románticas posible.
Así que he cogido libreta de las gordas y lápiz y le he dado fuerte: que si leerme cinco libros al mes, revisar los apuntes de aquel curso tan interesante que deje pendiente, tomar menos café, meter más cardio en mi vida, dejar de beberme la piscina, afinar cintura, volver a tener cara de triunfadora, ponerme crema en los remos que se me están agrietando, tomar las vitaminas y las pastillas para las articulaciones de forma constante, desmaquillarme en modo fetén, comer más kiwis…
Bueno, bueno, todo un desparrame de mediocridades en un intento por volver a ser la persona pre-covid que yo era. Aunque para eso me faltan fiestas y me sobra hastío. Pero todo se andará.
¡Comer más kiwis! ¡que se me olvidaba!

Para una #ansiaviva como yo, el kaizen es todo un reto: IMPLEMENTAR TODO A PASITOS PEQUEÑOS. No hurry. Sin forzar. Be quiet my friend. Me da toda la risa x 3. Pasito y yo no cabemos en la misma frase.
No obstante he empezado ya a implementarlo. Así que ayer ya hice un poco de natación, un poco de cardio, un poco de lectura, un poco de crema, un poco de régimen, un poco de francés y…
¡pues que acabé con agujetas hasta en las pestañas y la cabeza que me iba a estallar!
A ver, ¡repíteme eso! ¿Despacito? ¿Quién? ¿Yo?

Mientras Marido me decía: “Corre un kilómetro”, yo hice cuatro porque, ¿ponerse para tan poco?. “Nada 600-700m”, a ver, para menos de mil no merece la pena ni ponerse el bañador. “Léete un capítulo”. Cien páginas, me vendría pareciendo lo correcto. Y así todo el rato.
A ver, intentar integrar lo de ‘pasos pequeños’ en alguien que vive a zancada larga, pues va a ser como Roma ¡que no se hizo en un día!
Eso, sí, no soy yo persona de desistir fácilmente, así que tengo kaizen planes para los próximos meses. Veo más fácil perder el michelín que integrar la filosofía, pero…
¿Quién dijo miedo?
Besicos de Kaizen-Jones.
Que Roma no se hizo en una horaaa , pero bien se puede dar al forward de cuando en cuando para darle vidilla al asunto , o no? 🤪
Que Roma no se hizo en una horaaa , pero bien se puede dar al forward de cuando en cuando para darle vidilla al asunto , o no?
Noooooooooooo. Esa es la gracia (o la desgracia). Que hay que ir a una velocidad tan lenta que ni te des cuenta…
Yo a veces desespero…pero ahí voy! Febrero será mi segundo mes kaizen…