Mi llegada a Los Ángeles fue con nocturnidad y alevosía y con un cansancio, cómo diría mi abuela: “como si llevara una persona echá en todo lo alto”. Así que esa noche toco hotel, hamburguesa, cama y el sueño que se pudo.
Un día pasé allí. 24 horas, compañeras. Y lo que me rindió.
A Los Ángeles, le pasa lo mismo que a New York que, de tanto verla, crees reconocer cada recodo y todo te suena de alguna peli. El paseo de la fama estaba tal y como lo recordaba hace 25 años, feote. O como diría el poeta: “inhóspito y cabrón”, con tiendas de suvenir a ambos lados y bastante suciedad. Parece ser que solo le echan un barrido y un lavado de cara cuando alguna estrella viene a consagrar su ídem.
Servidora, plantando su estrella, en pleno paseo. ¡Que ya tardaba en tenerla!
Al tema, que estuvo servidora no poco tiempo gastando suela buscando la estrella de Madonna. Y venga preguntar al personal que por allí había y que no tenía pinta de turista.
- Where is Madonna Star?
Y el personal, dale que te pego con el “I don.t know”.
El caso que Madonna no tiene estrella en el Paseo de la Fama por qué no acudió a la ceremonia de entrega y los organizadores pospusieron indefinidamente la conmemoración. Pa’ diva ella. Que ni estrella necesita, ya si eso, ella misma en el firmamento.
¡Ala! Desilusión Máxima. Suerte que encontré la de Marylin. Y todo queda entre blondies. Mira tú.
Pero vaya que está ese paseíto un poco privado de glam, para que nos vamos a engañar.
Luego entramos en Beverly Hills y en mi cabeza… na-na-na-nan…na-na-na-na…la música de 90210, aquella serie de unos cuantos niños pijos que vivían en la zona a cuerpo de rey. ¡Ays! ¡Madre! Lo que me gustaba a mi esa serie.
En mi defensa alegaré que tenía 19 años y ganas de ver mundo, Facundo. Yo claro, quería ser Brenda. Que si, que la guapa era Kelly, pero Brenda tenía ese no-se-qué, que qué-se-yo que se veía venir que era una tía complicada que iba a dar problemas. Por eso le iba el molón de Dylan, el malote de turno, con pinta de dar disgustos a capazos. El hambre y las ganas de comer. Duro con tieso. Complicado.
Como somos las mujeres queridas, en vez de elegir a Brandon con su cara de buenazo o al pagafantas del rubiales, que no recuerdo el nombre, pero era el hijo del director de la serie, nosotras ¡a lo complicado!
Brenda era una tipa complicada…
Luego un paseíto por Rodeo Drive, acordándote de la espectacular Julia Roberts paseando palmito por esas tiendas. Que a ella no querían venderle nada pero que yo no hubiera podido comprar ni una cremallera en esas tiendas también os lo digo. Que a mí me da la nómina para viaje o sortija, y está claro lo que elijo. De todas maneras, mola darte el paseíllo por la zona y disfrutar del ambiente ‘posh’ mientras te imaginas a Richard Gere en sus años mozos paseando en su deportivo.
El Sargento y servidora en Rodeo Drive, intentando parecer que tenemos pasta.
Y ya por la tarde a Santa Mónica y su famoso Pier. A comer los jalapeños más ricos de la vida, a pasear por sus atracciones de aire retro y a vivir el ‘Californian flow’. Que igual pensáis que no es posible en tampoco tiempo, pero ¡qué va, que va! Me senté en un café de Venice Beach, y entre bicis, patinadores y musculitos me sentí como Pamela Anderson, en un descanso de la grabación de los Vigilantes de la Playa, pero menos recauchutada, eso sí.
Los Ángeles, la ciudad en sí, es un poco desperdigada, pero en las playas se respira un aire de libertad, buenrollismo y vibra guay a kilos, que te da para entender el porqué de los Beach Boys y su “Good Vibrations”.
Sargento ¡pásame la camiseta! Que Pamela no ha venido hoy al rodaje y…
Cómo no tenemos límite ni lo conocemos caminamos a lo Forrest Gump, desde Santa Mónica Pier hasta Muscle Beach, que como su nombre indica, es donde está el personal sacando pectoral y musculitos y dejándose querer ¿de verdad esto todavía es espectáculo? Really George? Que dirían los de Nesspresso…
En fin, que L.A. tiene su aquel, que un día más no hubiera estado mal, pero la noche nos alcanzó tomando unos hot dogs en la playa, y como en la oscuridad todos los gatos son pardos y nosotros en la zona, dos pardillos, salimos en la grandeza de un Uber dirección almohada acogedora de hotel.
Al día siguiente, se madrugaba, íbamos para Las Vegas, del tirón. Nuestro primer contacto con la ciudad del pecado, iba a ser solo una noche, pero…
Continuará...
#YoNoSoyGente #Ytútampoco
