MI VIDA CON UN OGRO

Bueno, me veo en la necesidad de aclarar el título, vivo con un ogro bueno. Claro que, ¿no será una incongruencia esto de ogro y bueno? El caso es que el ogro es mi marido y yo le adoro, a pesar de que es ingeniero, cabezota y sobre todo ogro…pero bueno.

Dicen que hay diferentes formas de amar, pues mi marido me quiere desde el amor “protector”, vamos que antes me arranca un brazo en un semáforo que me atropella un coche.

Yo no soy gente - Mi vida con un ogro - El amor protector

Él funciona con su propia lógica, cuadrada y de un aplastante sentido común y obediencia a las reglas, lo cual choca inevitablemente con mi sentido del “prefiero pedir perdón que pedir permiso”, la vida es más divertida si eres un poco traviesa, pero claro vivir con Shrek no es fácil…

Unos ejemplos ( y sí! Siempre es en lunes cuando una lo lleva todo peor):

Me levanto con más sueño que enanito dormilón en domingo, me arrastró hacía la cocina, pongo la cafetera mientras me hago una tostada y busco la Vogue del mes en curso (la verdad que después nunca la leo, pero es que parece que almorzar ahí mirando la pared es como triste…). Me pongo el café y en el silencio de mi cocina, de pronto, oigo un zumbido.

Bzzzz, bzzzz, bzzzz, constante y rotundo, como de avispa encerrada. Me levanto y empiezo a abrir y cerrar todos los armarios. Bzzz. Nada. Abro la despensa y reviso el armario. Bzzz. Me muevo por toda la cocina en modo Sherlock Holmes activado, husmeo y miro arriba y abajo hasta que mis retinas amenazan con el suicidio. Me siento de nuevo a mi café. Bzzz. Me vuelo loca. Bzzz. Se me hace tarde. Bzzz.

Voy a tirar los restos de tostada, abro el cubo de basura y…bzzzzz… ¡lo cierro! ¡Flipo! Abro…bzzz…cierro. Abro…bzzz…cierro. Sea lo que sea esta ahí dentro. ¿Una avispa? ¿Y si remuevo y me pica?

¡Dios las 7.45! Dejo el zumbido y salgo pitando para el trabajo y lo que sea que sea aquello se queda a vivir en mi basura al menos por un día.

Yo no soy gente - Mi vida con un ogro - bzzz bzzzz

Se lo cuento a mis compañeras de trabajo y las respuestas son tan variopintas y fantasiosas que conforme pasa el día tengo miedo a que un gremling se haya colado en mi casa y viva en mi cocina.

Llamo a Ogro, a ver si su lógica aplastante me ayuda. Se lo explico. Carcajada al otro lado del teléfono.

Respuesta:

–         Ahhh, eso es que ayer tiré la radio e igual no la apague.

Lo mato.

–         ¿Y porque la tiraste?

–         Bueno, porque no la escuchamos

–         Ya, Bueno, pero y si algún día quiero escucharla.

–         No la has escuchado ninguna vez en los últimos dos años. Yo tampoco. La he tirado.

Vale. Visto así hasta tiene su lógica, quiero rebatir su argumento pero me quedo muda. Odio a ogro por hacerme crear durante un día que tenía que llamar a Cuarto Milenio, así que en un arrebato chillo:

–         Pues al menos podías haberla apagado!!

Y cuelgo. Snifff.

=======================================================

Lunes. ¿Que se puede esperar de un lunes? Pues sueño, sueño, mucho sueño. Salgo de la cama y voy caminito de la cocina en estado casi hipnótico, alargo la mano en un gesto robocop pero… ¡oh tragedia! Mi cafetera no está allí.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Y dónde está pues? Y lo peor de todo…¡necesito cafeeeé desesperadamente! Activo el modo Inspector Gadget ON y mi gadgetobrazo se mueve poseído abriendo y cerrando armarios.

Nada, ni rastro. Bostezo. Tengo sueño.

Vale, calma. ¿Cuanta gente vivimos en casa? Dos. ¿He sido yo? No. Llamo a Ogro.

–         Hola, oye, ¿tu sabes dónde ha ido a parar la cafetera?

–         Si, la he escondido.

–         ¿Porqueeeeeeeeeeeeeeeé?

–         Porque estas muy nerviosa últimamente y no deberías tomar tanto café.

–         Ya, bueno…pero eso debería decidirlo yo ¿no?

–         Sí, pero como no te acabas de decidir, te he echado una mano…Te dejo que tengo jaleo aquí en el trabajo…

Y cuelga. Y yo me muero de sueño. Y no tengo cafetera. Ni café soluble. Me resigno.

Yo no soy gente - Mi vida con un ogro - Love

¿Veis porque es un ogro bueno?

Si en el fondo lo hace por mi, pero taaaaaaan “a su manera”. Vaaaaaaaaale, hay que aceptar a la gente tal y como es y no cuestionarla.

Quiero a Ogro.

Fdo. Princesa Fiona (bufff!)

 (Nota: Ilustraciones realizadas por Anna Castro. Gracias!.)

 

 

YO SOBREVIVÍ A UN BOX

Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day todayPi…Pi…Pi…el despertador de mi móvil pesado e insolente me saca de mi sueño reparador. Saco la cabeza del edredón (sí, duermo con la cabeza tapada, una manía que me cogió después de ver la película Drácula cuando era pequeña), pongo el pie en el suelo y me doy cuenta que no va a ser un buen día.

Un ataque de nauseas del tamaño del Perito Moreno me sobreviene y de pronto soy consciente que ese día echaré el hígado por los ojos. Aun así, y tal y como está el trabajo, hago un esfuerzo por llegar a la oficina. Mala decisión. Llego, saludo, vomito. Me despido, vomito, vuelvo al coche.

La última gastroenteritis me duro 4 días así que no estoy dispuesta a dejar que ese ciclón pase por mi estómago de nuevo, aunque en un estado Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day, hospitalmuy deplorable, consigo llegar al Hospital. Vomito.

Treinta minutos de reloj buscando aparcamiento. Vomito. Llego a recepción y me dan número. Vomito. Gracias a Dios que la enfermera de cribaje, me ve la cara verde de “esto es el fin, decidle a mi familia que la quiero”, se apiada y me pasa a un box. Y ahí empieza la pesadilla…

Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day today, viaMe tumbo en la camilla del box y 10 minutos más tarde aparece una enfermera monísima con cara de yo querría estar en cualquier otro lado y me dice: “Te voy a poner una vía”. Vale, no soy aprensiva pero tampoco me regocijo en ver cómo me banderillean, así que giro la cabeza hacía el otro lado.

Noto 18 pinchazos con saña, no puedo más y me giro y veo la carnicería acaecida, miro a la chica: “Se me ha reventado la vena. Voy a decirle a una compañera que venga”. Suspiro, vale, una estudiante en prácticas, yo también lo fui…

Diez minutos más tarde llega una segunda enfermera, así a primera vista le planto unos 40 y tantos y me consuelo pensando en que Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day today, inyeccionesestoy en manos de la experiencia. “¿Te importa pincharme en el otro brazo?” – le digo yo. Sin problema. Estiro el brazo derecho que cuelga sin gracia alguna por el lateral de la camilla. Y sugiero: “¿Lo apoyo en alguna parte?”

“No, no te preocupes ya me pongo de cuclillas”- me responde.
keep-calm-and-i-m-in-the-hospitalEn seguida me doy cuenta que este plan tiene lagunas, la enfermera resbala, la aguja sale disparada de mi brazo y ella grita “Jo***, me he puesto perdida de sangre y se ha reventado la vena”.

La miro y pienso “esto no está pasando, estoy soñando y ahora me levantaré, me haré un café y a trabajar”. Un nuevo pinchazo me saca de mis pensamientos. Tercer intento. Vía puesta…Aleluyaaaaaa!

Me relajo, me viene un sueño agradable y me dejo llevar…Descorren la cortina y entra un joven atractivo estilo Mario Casas, me mira y me dice: “¿Puedo hacerte unas preguntas?”…Vale, otro estudiante en prácticas. No me consuela ni que sea guapo. Interrogatorio de tercer grado.
Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day, Mario CasasHombre, unas preguntas, sí… ¡65 preguntas son muchas preguntas! Quiero asesinarlo.

De hecho quiero exterminar a todo el personal del hospital con gas…, pero sonrió y respondo educadamente hasta que la criatura se va.

Me doy cuenta ahora que por fin estoy sola y relajada que hace frío, mucho frío. Llamó por el botón, pero no viene nadie. Suspiro. No tengo el día, está claro.

Aparece de nuevo el estudiante y me dice “Me he dejado de hacerte tres preguntas…”. Mi cara de loba-depredadora-de-estudiantes lo convence de que más de 3 preguntas sería considerado “acción temeraria”, así que se ciñe a 3 y no improvisa.

Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day today, inyeccione, frioContesto a sus preguntas y aprovecho para pedirle una manta, me contesta que no tienen y que si quiero me echa mi abrigo por encima. Valoro el tema. Penoso.

Pero tengo frío y digo que sí y Mario Casas me arropa con mi propio abrigo.

Y por fin, me duermo…muchas horas más tarde aparece el médico para ver que tal me encuentro. Pero yo ya hace mucho que no vomito, que duermo plácidamente y que sueño con tardes en La Monumental acompañada de Mario Casas. Que raros son los sueños. ¿Verdad?

Yo no soy gente, yo sobrevivi a un box, bad day today, banderillas

Moraleja: Si una gastroenteritis de caballo te sobreviene, NO vayas al hospital, descansa en tu camita y pásala en la soledad de tu almohada.

Yo sobreviví a un BOX.