EL CLUB

Dos salas de gimnasio, dos piscinas de 50 metros y una de 33 metros por 35 eurillos. Ganga, dije yo. No hay mejor sitio donde remojar estos 37 grados que nos están cayendo en canal y que ahogan más que las gachas que en “EL CLUB”. Eso mismo pensó el 40% de la población de mi ciudad.

Y ahí estamos todos. Ahogando nuestro calor en la misma piscina, en los mismos carriles, en el mismo agua, en el mismo -y escaso- césped.

El Club-1

Soy pija. Sí, me temo que ya lo intuíais. De hecho, me temo que yo también lo intuía. Pero se ha confirmado. No me gusta compartir espacio con la mitad de la población donde vivo.

Un verano voy a durar aquí, ya lo veo.

La historia funciona así: Tú llegas al club de natación con la idea de hacer ídem, como su nombre indica. Pero en este club hay dos tipos de personas, mayoritariamente:

1)  Masters del Universo haciendo natación como si no hubiera un mañana y preparándose para las próximas olimpiadas.

gifs-animados-natacion-9142108

2) Familias enteras o mayoritariamente mujeres con su descendencia que vienen a pasar el día al club. Nótese que digo a pasar el día, no a hacer deporte.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, El Club, ocio, diversión, piscina, stress, chill out prefiero09

Llegas al vestuario y el nivel de decibelios que allí se alcanza entre madres, hijos, retoños, bebés gritando a pulmón y quinceañeras en éxtasis babeantes por el monitor es tal que debe de ser dañino para los tímpanos.

Está claro que ser madre te da, como diría James Bond, “Licencia para chillar”. De hecho, concretamente, para chillar tanto como quieras en sonido y duración.

Sin ir más lejos, el otro día la señora de al lado de mi taquilla dijo en voz alta:

– ¡No vayas solo a la ducha Miguel! ¡Miguel Miguel Miguel Miguel Miguel Miguel!…

gifs-animados-nombre-miguel-firma-animada-0165

Os lo juro. En bucle. Me pareció estar viviendo la película El Día de la Marmota, pero a velocidad acelerada. Me la quedé mirando en plan:

  • Ve a buscar a Miguel – por Dios – antes de que gastes ese nombre para siempre y nunca nadie más se pueda llamar así.
  • Asegúrate de que Miguel no tiene problemas de oído y…
  • Si tu hijo está pasando de ti, ¡cambia de plan!, te comento que repetir hasta el infinito no te está funcionando.

Finalmente me puse el bañador, el gorro y, arrastrando las gafas, me dirigí a los tres escasos carriles que nos dejan a los socios en la piscina exterior.

Dadas las calurosas fechas, los carriles laterales son para chapoteo. Los centrales para masters y el resto para los socios piltrafillas, entre los que me encuentro, que pretendemos ejercitar nuestra mediocre brazada.

No queda otra que compartir el carril. Yo esto siempre lo llevo fatal, porque a mí me gusta nadar de espaldas, pero no tengo bien alineada la dirección, me tuerzo y podría colisionar, así que me veo obligada a nadar en modo mariposa. Dice mi marido que nado con un estilo calificable de “peculiar”.

Según él, causo unos tsunamis sospechosos que quieren decir claramente que no estoy nadando correctamente. Cosa que ahora mismo ya puedo confirmar dada las agujetas que tengo las axilas y en la cintura. Creo que la torsión corporal me falla.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, El Club, ocio, diversión, piscina, stress, chill out prefiero, bañadores con intermitenteHay veces que Masters y no Masters compartimos carril. Eso es la ley del más fuerte. Error. La ley del más rápido. Me siento maltratada. Van a tanta velocidad que levantan más olas que un Ferry cuando arranca.Veo claramente mercado para bañadores con intermitente.

No me consuela ni que estén fornidos, ni que tengan una espalda que podría servir de mesa para quince comensales, ni siquiera que sus brazos superen a los de Mazinger Z. No tienen corazón. Y, por cierto, tampoco cuello.

9BB

Finalmente, después de luchar por una natación digna dentro de mi carril, que a todas estas estamos hablando de 600 metros, abandono la piscina con aires de diva en dirección al césped.

La elección de sitio en el césped – artificial – se hace de la siguiente manera: si ves un trozo verde allí que corres. El otro día rescaté un trozo justo detrás del salvavidas y dos madres y me tumbé a relajarme.

Me desorino solo de pensar que he usado la palabra “relajarme”. A mi derecha dos Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, El Club, ocio, diversión, piscina, stress, chill out prefiero, joker2niños jugando con pistolas de agua, cuyo final de la historia es innecesario que explique.

No no me molestó que me fueran bañando a cada rato, de hecho, solo me molesté cuando me pisaron un tobillo. Lancé tal mirada asesina a las criaturas que el mismo Joker hubiera salido huyendo, pero los niños de hoy día son muy resistentes. Ni se inmutaron.

Cerré los ojos, de verdad lo iba a intentar: me iba a relajar. Y de pronto comencé a escuchar:  Íker. Íker. Íker. Íker. Íker. Íker. Me era difícil pensar que había 40 niños con ese nombre, así que de pronto pensé: “Ostras, ¿Casillas ha venido a un club tan de barrio?”.

Me levanté como alma que lleva el diablo no porque sea fan de Casillas sino porque pensé que quizás había venido con la Carbonero y quería ver qué look traía ella.

casillas-2, Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, El Club, ocio, diversión, piscina, stress, chill out prefiero, iker 3

Pero no. Era la señora de mi derecha que gritaba a su hijo Íker, Íker, Íker sin parar. Ya lo hacía tan por inercia que la palabra había perdido entonación. Sonaba melódica e insistente, como la típica alarma de despertador. Eso sí, por supuesto Íker pasaba de todo y sobre todo de su madre.

Yo lo hubiera solucionado con un poquito más de énfasis.

Primero un “Íker” con la suficiente carga en la voz como para paralizar al niño.

Y acto seguido diría:

“Íker cariño, si no vienes ahora mismo, mamá te cortará las orejas y te las pondrá para cenar esta noche”.

Íker, que es listo, y no quiere comer orejas y menos las suyas, ya viene dando la vuelta amorosamente y con velocidad en dirección a la madre.

Y así todo el rato. Viendo que el tema del relax se había acabado decidí darme una ducha y marchar huyendo como huyó Montoya.

Doce duchas para seis mil socios. Yo nunca fui de matemáticas, pero incluso siendo de letras me doy cuenta de que el ratio no es bueno.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, El Club, ocio, diversión, piscina, stress, chill out prefiero, duchas

Colas infinitas. Madres que hacen la charla en la ducha.

Quinceañeras que se cuentan los amoríos en las duchas.

Niños que juegan de ducha en ducha.

Yayitas que se cuentan los males que tienen y las radiografías de la semana en las duchas.

DUCHAS ETERNAS…

Mucho después, me toca. Me ducho en tres minutos, salgo sin secarme, me visto incluso camino de la taquilla, recojo mis cosas antes de que vuelva Íker mientras a lo lejos aún escucho Miguel…. Miguel…Miguel…

Y es entonces cuando me voy cuenta de que soy carne de chill out. De mojito. De oasis. De Café del Mar sonando de fondo. De piscinas de 8 m x 4 m con aforo limitado. De salvavidas buenorro. De tumbona con cojín… Diría que más que pija, soy SELECTIVA.

gifs-animados-natacion-80545

Bueno. A lo hecho, pecho. A ver si aguanto al menos los tres meses de verano. Suerte que no estoy embarazada porque me queda claro que si así fuera, tendría un Miguel. O peor, igual un Íker.

#YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco #JonesNoEsPijaEsSelectiva

jones-yonosoygente