27.12.17 BACK FOR GOOD

Queridos todos,

¡Que sí! ¡Qué lo sé! Que os he vuelto a dejar abandonados otra vez.

Pero es que me he ido de viaje a hacer ‘los Londres’. En ocasiones me vengo arriba, me posee Stella McCartney, me creo diseñadora y me voy a la Central Saint Martins a hacer un curso de moda.

Que ha molado y mucho, pero lo mejor ha sido vivir como ciudadana de allí  (a lo London style) durante días. Con su frío extremo, su buena nevada, los pies congelados, las manos que me las podían cortar de cuajo porque se me caían así las sacara del bolsillo, vamos, lo que viene siendo Londres en diciembre.

Eso sí, ser estudiante a los cuarentaytantos mola mogollón. Me ha faltado llevarme la carpeta forrada con Benicio del Toro y Javier Bardem (que me da a mí que esto igual delataría mi edad) pero por lo demás lo he hecho todo todito.

Y eso que el inicio fue bastante chungo. En la primera visita al lavabo se me cayó el móvil al wáter. ¡Cómo os lo cuento!

No creo que ni el Inspector gadget y su gadgetobrazo fueran más rápidos que yo sacando el aparatejo de la agüita amarilla. Mira tú por dónde, Toreros muertos. Lo envolví con papel higiénico y lo acuné como si fuera un bebé, mientras repetía el mantra “No te mueras, no te mueras”. A punto estaba de caer la primera lagrimita de rabia, cuando la criatura revivió y me miró con su pantalla vivaracha y yo respiré aliviada como si me hubieran quitado de encima la hipoteca.

#CaraDeHistéricaEsPoco #SudoreMásQueCuandoCorroSieteKilómetros

Eso sí, tardó lo suyo en volver a cargarse. “No se puede cargar el dispositivo, en el puerto USB se detecta humedad”, y así toda la tarde, mensaje tras mensaje. Madre mía, la de conversación que puede darte un Smartphone. ¿Habrá alguien ahí dentro?

Una vez superado el trauma de casi quedarme huérfana de móvil, me dediqué a bajar a la cantina con mis compis veinteañeros a tomar cafés calcetín, de esos que parecen una Coca-Cola aguada, a comer supuesto pescado rebozado, que no sabía a nada nadita, y a guarrear cookies como si no hubiera un mañana.

Menos mal que luego caminábamos diez kilómetros por la City y quemábamos todo ese exceso calórico porque a mi edad está ya el sistema metabólico para pocas tontadas.

Ha sido grande y me lo he pasado en grande. He cogido todas las líneas de metro, de todos los colorinchis, en todas direcciones. Aquí y allá. He comprobado lo pobre que soy en Harrods y lo rápida que soy desenfundando la VISA en Oxford Street.

He visitado mercadillos como si mañana  fueran a extinguirse de la faz de la tierra y he visitado tiendas vintage como si buscara a los mismísimos Bee Gees escondidos en algún probador.

#NoLosEncontré #CasíQueMejor #MenudoSustoConEsasPintas

¡Cuidado! Que en una de las tiendas un señor que era más vintage que la ídem, me confesó que veraneaba en Carboneras ¡como yo! Tuvo tal nivel de subidón que me regaló una boina. Y yo tan contenta.

Y ya cuando descubrí un supermercado en una calle recóndita de mi barrio en el que podía comprar sándwiches de esos de plástico después de las 22h., cuando ya nadie te sirve nada ¡miel sobre hojuelas! Acabó siendo mi plan de salvación en las noches en que regresaba tarde del centro.

Ha molado mil. Ha pasado rápido. Y va a ser un buen recuerdo forever and ever.

Estoy de vuelta. Son Navidades. Se acaba el año. Habrá que hacer recuento. Y borrón y cuenta nueva. O no. O sí. Bueno, que empiece el 2018 y ya lo vamos viendo.

#YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco #JonesViveLaExperienciaLondon