DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!

Siempre fui buena estudiante, al menos durante primaria. La típica empollona que lo aprueba todo. La que habla poco, estudia mucho y llega con unas notas impecables a casa, de esas que tus padres te dicen que de seguir así…

¡Te regalan la bicicleta!DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 1

La única asignatura que no conseguía aprobar era gimnasia. Era superior a mis fuerzas. Fuerzas físicas, me refiero.

Porque yo tenía fuerza de voluntad para acostarme a las 2 de la mañana estudiando, levantarme a las 5 y haber aprovechado las 3 horas de en medio para fijar la información en el cerebro.

Aunque por aquel entonces tenía 10 años y aún las asignaturas no requerían de tanto insomnio productivo.

El caso es que me daba miedo el potro. Y más aún el plinto. Bueno, miedo no es la palabra, les tenía fobia, aparecían siempre en mis peores pesadillas.

Y digo yo, ¿quién invento esas máquinas infernales? ¿Qué gracia tiene saltar al potro? ¿Qué aportaba eso a la vida de nadie? NADA, ya os lo digo yo.

DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 09

Cada semana cuando se acercaba la clase de gimnasia era un drama. Nos poníamos en fila india para “dar el salto”. Sentía como el corazón se me iba a salir por la boca y cada vez que quedaban 2 o 3 personas delante de mí me volvía a poner en la cola con la esperanza de que no me tocara.

Imaginaréis el mareo, que me llega el turno-que ya estoy en la cola de nuevo –que me llega el turno-que me voy a la cola de nuevo. Ansiedad in extremis.

Pero claro la profe no era tonta y lo veía, así que me obligaba a hacerlo. Es más, me obligaba a hacerlo con saña, me decía delante de todos los otros niños: “Tienes que hacerlo”

Creo que es ahí donde comenzó mi fobia a recibir órdenes y mis desórdenes de “asesina en serie mata profesoras de gimnasia sin corazón ni empatía”.

Me armaba de valor y corría hacía el potro pero mi imaginación me devolvía la imagen de mí misma partiéndome los dientes potro a través y lo único que DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 78conseguía era pegar un barrigazo contra el artilugio en cuestión.

Me dolían más las risas que el golpe.

Porque a esa edad: NO, los niños no son ni benévolos ni comprensivos.

Lo del plinto era aún peor, porque se saltaba a lo largo y era dos veces la longitud del potro. En fin, otra cosa de ésas importantísimas que no pueden faltar en tu currículum: Sí, yo saltaba el plinto justo en el apartado de Formación, lo veo. Esto a la hora de buscar un trabajo está claro que tiene un peso definitivo. ¿Qué me estas contando? ¿Para qué quiero ya saltar el maldito plinto?

Mientras esperaba con el ataque de ansiedad de turno en la cola, no podía dejar de preguntarme qué carajo aportaba aquello a mi vida, a mi persona. Me ponía tan nerviosa que me hubiera echado a llorar.

DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 3El caso es que cuando me tocaba el turno corría cual posesa y como mucho llegaba hasta la mitad y quedaba sentada cual vaquera allí en medio del plinto con tremendo golpe en el en las cartucheras, digámosle.

Me alegraba cuando llovía porque no teníamos acceso al gimnasio ya que estaba fuera del colegio y nos quedábamos en clase haciendo “ética”. A mí como si hacíamos el pino: aquella tarde era una fiesta.

Hice campana en varias ocasiones.

En realidad ahora que lo pienso sólo dos. Me vio mi vecina y se lo chivó a mi madre.88

Nunca fui muy hábil para estas cosas. Me dedicaba a merodear por el barrio y claro, las posibilidades de ser descubierta eran altas, pero a los 10 años el cerebro te da para lo que te da ( a mí es que se me desarrollo más tarde, pero he compensado, ¿eh?)

Así que mi maltrecha autoestima y yo tuvimos que confesar la verdad.

Y cuando ya pensaba que aquel suplicio iba a durar hasta el fin de mis días y las pesadillas de potros y plintos persiguiéndome a la carrera iban a durar siempre: me diagnosticaron escoliosis en una revisión médica general.

Tenía la espalda desviada. ¡Yujuuu!  Que la niña no haga gimnasia en el cole. ¡Yujuuuuuuu!

La enviaremos a hacer gimnasia correctiva. ¡Yujuuuuu!

Le haré un documento para que la eximan de esa asignatura… woww… ¡Fiiiiiiesssssstaaaaaa!

Recuerdo que mi madre se disgustó mucho con la noticia y yo tuve un subidón sólo digno a esa edad de que Duran Duran te firmara un autógrafo.

A ser posible John Taylor, que si no recuerdo mal era el guitarra y yo lo adoraba hasta que descubrí que  Jhon Taylor = Juan Sastre. 😦 😦 😦

DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 119

Estuve 8 años haciendo gimnasia correctiva tres veces por semana.

Y aun así, siempre pienso que me ha compensado la angustia de aquellas tardes de gimnasia… ¡que no le deseo a nadie!

Compañer@s que sé que habéis pasado también por esto: ¡manifestaros! Me consta que no éramos poc@s los que sufríamos la tiranía del potro-plinto…

¿CÓMO LO LLEVABAIS VOSOTROS?

DEL POTRO AL PLINTO ¡Y SALTO PORQUE ME TOCA!, yO NO SOY GENTE, HISTORIAS REALS, MUNDO SURREALISTA, I HATE GIMNASTICS, POTRO, PLINTO 11


 

Tenéis nuevo post en mi otro blog: Cuidatuimagen.

Nogaro: Cold & Cool

Cuida de ti, Cuida tu imagen, Nogaro, Plaza de toros, Vic-Fezensac, sombrero fedora, chaleco de ante y flecos, flares, boho, summer, winter trends, 70's 4