¡Que sí! ¡Que os lo digo yo que soy del 9 de Agosto!
Y encima lo que más rabia me da, es que es todo debido a un conjuro de los planetas, un retraso inesperado, un partido de futbol que no acaba, vaya que yo venía a este mundo cómo una Cáncer de mitad de Julio en toda regla.
Mirar, yo no sé lo que paso, pero me encontraba yo a gustito en la barriga de mi madre. Digo yo que será porque posiblemente ahí dentro no se debía notar el sofocón de las temperaturas de Agosto. Y ahí estuve hasta casi los 10 meses. Casi.
Vamos que estaba mi madre de 9 meses y 3 semanas, a 1 día de provocarle el parto, cuando se puso con contracciones un caluroso 8 de Agosto. Pero claro, había partido. Y ya sabemos todos como van estas cosas…que si 5 minutos, que si esto ya esta bendecido, que si solo falta el tiempo que añada el árbitro…
Entre apaga la tele, coge la canastilla, que voy que me preparo, se paso el día 8. Vamos, que menos mal que no hubo penaltis porque sino nazco en casa. Así pues ni Cáncer, ni del 8 de Agosto.
Yo nací un 9 de Agosto a la 1 de la madrugada, con 5 kilos, el pelo largo y más que un pan bajo el brazo con tres barras de cuarto.
Hasta el tema del nombre venía difícil, por Dios que casi nazco y me tienen que poner un interrogante en la camita del hospital. El caso es que a mi madre le gustaba Silvia, Sandra ó Sonia, pero como mis dos apellidos empiezan por “S” pues decía mi madre que era mucho “SSSSS” y que le sonaba así como a lengüetazo de serpiente.
Así que cansada como estaba y gorda hasta decir basta, le paso el testigo a mi tía, porque decía mi madre que con tanto calor no podía pensar y que cada vez que lo intentaba le venían “S’s”: Sara, Soledad, Sofía.
Agradecida estoy a mi tía por escoger para mí el nombre de Alicia. A pesar de que me habrán dicho unas 4 millones de veces en mi vida “Como Alicia en el País de las Maravillas”. Hasta los 20 sonreía, a partir de los 30 ponía cara de “hombre, ya con esta edad esa bromita…”, luego ya empecé a poner cara de: “¿te crees gracios@ o que?” . Y claro, será por eso, que nunca conseguía caer bien a la primera.
Aunque lo que peor llevo, os lo confesare, es lo de que la cigüeña estuviera tan poco acertada. Por favor, en la etiqueta ponía: “Zona Pedralbes” y no “Dios te salve”. Y si…Dios me salvo y me entregaron en un barrio modesto de Sabadell.
Hasta la fecha no he conseguido superar el trauma. No sabéis lo que es pasear con aires de Paris Hilton y mentalidad de ricachona por uno de los barrios más chungos de la ciudad. Así que ahora siempre que puedo saco a la glamurosa que llevo dentro y la paseo por las zonas altas de Barcelona.
Bueno, a lo que iba… ¡que sí! ¡Que es un rollo cumplir años en Agosto!: Nunca puedes llevar caramelos al cole. Aun recuerdo a la profe diciendo: “Hoy es el cumpleaños de Rafael, vamos todos a cantarle su canción y luego él os va a dar un chupa chups”. ¿Adonde van los chupa-chups no dados? ¿Y las canciones no recibidas? Yo quería ser la reina de la clase por un día y ni siquiera en párvulos tuve mi corona de cartón…y estas cosas marcan… ¡y mucho!
Bueno, y esto no hace mas que acentuarse con el tiempo. Tus padres, que te adoran al principio celebran tus cumpleaños como si les fuera la vida en ello: “Ayyyys 5 añitos” “ayyys ya 12 que se me hace mayor” “oops ya eres mayor de edad”. Después de los 25, no le importas a nadie un carajo.
Todo el mundo está de vacaciones y la gente en vacaciones no se acuerda ni de en que año vive, los lunes y los jueves se parecen y las siestas se juntan con la cena, así que ni Dios te llama para felicitarte. Aunque hay algunos buenos compañeros que lo intentan: Los que te llaman 3 días antes y prometen hacerlo después en el día correcto (pero no lo hacen) y los que te llaman dos semanas después y te dicen aquello “Ah, pero si yo recordaba que eras de final de mes…”. Mira, pues no.
El año que cumplí 40 fue tremendo. Era Agosto, como no. Día 9, evidente. Y yo en Carboneras. En mi Carboneras querida. Siendo las 5 de la tarde y viendo que madre-no-hay-mas-que-una no me había llamado, la llamé yo.
– Aysss, hola hija, que tal, ¿os está haciendo mucho calor?
– Mucha mama. Ya sabes que Almería siempre es un horno en verano
– ¿Querías algo hija?
– ¿Qué me felicitaras?
– Aysss…ni caer…
Yo hubiera querido ser de Abril, o mejor aún de Mayo, que cuando estás en el cole puedes repartir los chupa-chups en el patio y cuando eres mayor hacer unas barbacoas sabrosonas en tu terraza.
Pero como esto ya no tiene arreglo, pues voy pregonando aquello de: “si, mira así lo celebro en la playa”, “Si, así cada año en un sitio distinto”.
¿A quién pretendo engañar?
¡NACER EN AGOSTO ES UN ROLLO!
#siemprequiserepartirchupachups #yencimatequedassinregalos #nomeconsuelaniestarenlaplaya
(Nota: Ilustraciones realizadas por Anna Castro. Gracias!.)
Yo no soy gente 