EquivAcaciones

Sí, sí. Como su nombre indica equivacaciones  deriva de la mezcla de equivocación y vacaciones. Que vendría siendo algo así cómo equivocarte montándote tus propias vacaciones. Lo sé. Suena raro. Una cosa es que te monte el tema una agencia y no acierte y otra cosa es que te las montes tú y te des cuenta de que la has pifiado, pero ya… ¡en destino!

Pues eso es lo que nos pasó a nosotros este fin de semana. El sargento y yo en modo escapada romántica nos arrancamos el viernes caminito de Llafranc en la Costa Brava. Yo ya había mirado restaurantes, cala y cosas que hacer en este lugar tan idílico, pero…

Llegamos a Llafranc y dice mi marido “Anda, pon el nombre del hotel en el GPS y así ya vamos directo”. La respuesta de la señora que vive dentro de ese aparatejo: “Su destino está a 1h 15” ya nos inquietó, porque siendo Llafranc un pueblo chiquito en ese tiempo puedes cruzarlo 15 veces y en todo caso a 1h. 15” también está mi casa.

¿Me habré equivocado? Voy a ponerlo otra vez. Stress. Ostras, ostras, es que el Hotel me sale, pero en otra población. Nervios. “Espera espera, que voy a buscar la reserva” y entonces, hágase la luz: LLançà, lo había reservado en Llançà. ¡No me lo podía creer!

Veo que el Sargento me mira en plan: “se te ha ido la pinza o what?” Pues va a ser más bien que “what”. Aún incrédula cojo el móvil y llamo al hotel para asegurarme, ¿de qué? ¿de que efectivamente el edificio está construido allí? A ver cómo se hace esto sin parecer un poco absurda.

  • Hola. Buenas tardes, soy Jones tenía una reserva.
  • Si, efectivamente. Entran hoy. ¿Están al llegar?
  • Bueno, según se mire. ¿Están ustedes en Llançà?
  • Efectivamente al lado de la Plaza Mayor.
  • Si, ¿verdad?
  • Pues sí.
  • En Llançà.
  • Si, en Llançà
  • Claro.

Tierra trágame. Me precipito de la vida en picado. El Sargento me mira como si no entendiera nada.

  • ¿Otra hora de camino?
  • A ver, no ayudas con esa actitud
  • Es que estoy muerto.
  • Mira, a veces las equivocaciones traen cosas buenas. Descubres nuevos sitios. Calas a las que no iríamos. Vamos a verle el lado positivo.

Y con una mirada que denotaba muy poco positivismo arrancó el coche.

#MeEstaDiciendoQueEstanEnLlançà #SíSíLeEntiendo

Oye, pues ha estado genial de los geniales. El hotel ha sido una sorpresa súper agradable, el pueblecito la mar de acogedor y además las calas de esas salvajes de las que tienes que llegar descolgándote por precipicios – no lo vamos a negar la cabra tira al monte – y que me han dado vidilla y algún susto, ya se sabe que una es un poco pupas.

Un fin de semana de esos que dejan huella. Concretamente un tobillo torcido y un dedo sollado. Pero feliz, ¿eh? Que yo estas cosillas las considero males menores.

El caso es que aproveché el atardecer del sábado, como buena blogger de moda, para tomar unas fotos por las callecitas del casco antiguo. Allí que iba yo con mi súper look dispuesta a darlo todo. Y todo lo di, contra el suelo. Iba detrás del sargento cuando pise mal un bordillo y me precipite contra el suelo.

Fue uno de esos porrazos en los que te da tiempo a pensar. Esos que suceden en segundos pero que te caben veinte frases. Pisé el bordillo y pensé: “ayss, que me caigo, espera que no, me agarro al sargento, uysss está muy lejos, ¿y si le grito? No, no le va a dar tiempo a ayudarme, ha sido el tobillo que me ha fallado, calla ¡que remonto!, ¡No! Definitivamente no”. Plof.

#EstoyBienGracias #NoSiApenasHaSidoNada

Caerse en Llançà es como caerse en cualquier otra parte. El suelo está igual de duro. La vergüenza es la misma. El golpe criminal te lo llevas. Eso sí, no es lo mismo caerse con unos palazzo en tono azul eléctrico combinado con jersey dorado asimétrico y cinturón a conjunto. Hombre, el look engrandece la caída. Te la das igual, pero con glamour.

El Sargento se gira, me ve en el suelo y me grita: “Levanta que viene un coche”. Cierto es que llevaba un look de muerte, pero igual no hacía falta llegar a tanto.

Menos mal que no fue nada, porque al día siguiente tenía en mente probar paddle surf en una playa que había localizado el día anterior.  Dicho y hecho. Llegué y fui a alquilar la tabla. La devolvía una señora y le pregunté:

  • ¿Es difícil?
  • No. No. Es mi primera vez y no me ha costado nada.

Pues nada. Allá que voy. La playa era un pedregal y yo no llevaba escarpines. Pero ya tenía la tabla, así que decidí entrar muy a mi pesar. De culo. Como los cangrejos. Con poca dignidad.

¿Fácil? ¿Fácil decía la señora? Quince minutos en modo foca en la orilla y a la vista de todos intentando ir mar adentro. No acababa de coger el juego de brazos y volvía una y otra vez a los pies de una señora sentada cerca de la orilla que empezaba a mirarme mal.

Yo lo tenía claro. Desde el momento uno que pensaba gastar toda la hora, aunque fuera intentándolo. A pesar de que me di cuenta de que de seguir dando tremendo espectáculo casi que podría pasar la gorra pamela.

Me vine arriba. Me empuje con los pies con fuerza y debi rascarme con vaya-usted-a-saber-qué y me sollé el dedo central del pie. Vi que sangraba el muy descarado, pero pensé que como el agua del mar lo cura todo pues que él mismo se fuera sirviendo. No obstante, me alegré de que no hubiera sido el meñique. El pobre  sufre de enanismo y ya padece lo suyo con cualquier sandalia así que no le hacía falta ningún añadido más.

#Ostras¿DóndeEstáLaTabla? #CallaQueLallevoDebajo #QuenerviosTú

Finalmente lo conseguí, iba mar adentro, primero sentada, luego de rodillas y finalmente de pie. En algún momento pensé… “Mother of God, como me caiga en este roquedal”, pero como dice mi madre que yo juicio tengo el justo, pues se me pasó enseguida la angustia.

Ha sido un finde idílico, unas equivacaciones tremendas. Lo que me hace pensar en que muchas veces nos acomodamos y vamos a parar siempre a nuestra zona de confort, así que está bien que venga de tanto en tanto el destino y te pegue una patada.

Os recomiendo fluir y dejaros llevar cuando el destino os cambie los planes. Eso ¡y el paddle surf! ¡Es la leche!

#YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco #EquivacacionesqueMolan #VamosAdarleAlPaddle.

jones

3 thoughts on “EquivAcaciones

  1. Bufff tienes un sargento al que le queda grande el nombre, pero muuuy grande eh? Lo que tendría yo que escuchar si me pasase lo mismo, claro que yo estoy con capitán general de 5 estrellas y eso no hay quién lo supere. Lo del meñique es para mearse de risa i´m sorry, juassssss

    1. Pues yes, yes, lo del meñique es enanismo puro. No sabes tu lo que me cuesta darle una pincelada de esmalte para que pueda lucirse en verano al lado de sus hermanos mayores. Y claro me da a mi que a estas edades pues ya no me va a crecer. Así que vivo con ello tan dignamente.
      El sargento lo tengo medio domado. Sargento Sargento es. Lo que pasa es que yo soy LA COMANDANTE (que para algo soy Leo!). jajajajajaja.
      Gracias por leerme y por tus comentarios. Un placer siempre ‘encontrarte’ por aquí. Besos que se van para MORDOR.

  2. Pues yes, yes, lo del meñique es enanismo puro. No sabes tu lo que me cuesta darle una pincelada de esmalte para que pueda lucirse en verano al lado de sus hermanos mayores. Y claro me da a mi que a estas edades pues ya no me va a crecer. Así que vivo con ello tan dignamente.
    El sargento lo tengo medio domado. Sargento Sargento es. Lo que pasa es que yo soy LA COMANDANTE (que para algo soy Leo!). jajajajajaja.
    Gracias por leerme y por tus comentarios. Un placer siempre ‘encontrarte’ por aquí. Besos que se van para MORDOR.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s