Buenos días. Que es lo que se suele decir a las 6.10 am. Y es que hay que estar muy majara para levantarse a estas horas solo para compartir cinco minutos de café con leche con tu marido. Si esto no es amor, que baje Dios y lo vea. Y ya que baja que me eche una mano que mucho lo de “a quien madruga Dios le ayuda”, pero yo estoy ahora mismo con los ojos en las manos del sueño que tengo y Dios ayudando en otro barrio por lo menos, o en otra ciudad, o en otro mundo…
En fin, a lo que iba, que el señor con el que llevo viviendo no pocos lustros hace su aparición estelar en la cocina de este nuestro piso que no tiene ni ala norte ni ala sur sino 80 metros cuadrados de punta a punta a las 6 am. A esa hora me prepara el café con leche (que no deja de ser café con avena y stevia) y un kiwi cortadito y viene a darme el beso de buenos días a las 6.10 am: “¿desayunamos?”.
Yo cuando me levanto #atopedeglam 
¿Qué cómo se mantiene viva la llama después de 27 años? Pues levantándote a las 6.15am para ver como tu maridito engulle tres magdalenas en lo que tú has conseguido dar tres vueltas de cucharilla al café.
Nos miramos. No hablamos. Porque a pesar de que yo soy una cotorra redomada a esa hora intempestiva mi neurona me está diciendo: “Que pases de mí, tía. Que yo no tengo culpa de que estés tan chalada”. Fin.
A las 6.25 am y con mi pijama de pantera rosa asomando de mi bata de animal print me arriesgo a posicionarme en la entradita de casa y perder todo el glamour ante mis vecinos, a los cuales por cierto no conozco, para lanzarle un beso al susodicho que ya está en el ascensor y el mensaje de cada mañana: “Envía un mensajito cuando llegues”.
Sí. Dicen que todas las mujeres somos un poco madres, pues a mí me ha quedado este tema de la seguridad vial y hasta que mi “retoño” cincuentañero no me envía el mensaje, sufro. Mother of God! Menos mal que no he tenido hijos. Me pasaría el día teniendo microinfartos.
Cierro la puerta. Casi las 6.30 am. Por la idiosincrasia de mi trabajo que en este momento es ninguno ¿es necesario estar despierta a estas horas? Miro la cama en lo que mi neurona está celebrando el poco juicio que acaba de ver y tirando confetti por todo el cerebelo.
Mi colchón me abraza de nuevo. Pongo el despertador a las 7 am, que sigue siendo una hora muy digna y me echo el nórdico otra vez para dar esa cabezada con saborcito a café con leche. Si. Suena a guarrada, pero no me lavo los dientes esa media horita, porque me da sensación de “gustirrinin” y total voy a hacer mi segundo desayuno en nada.
Todo el día cuestionándomelo todo da mucha bipolaridad #queguay #ahnoquenoesguay
Y así todos los días. Menos los martes y los jueves que ya que pongo las calles, aprovecho para ir a hipopresivos a las 7 am, que es una hora buenísima para no encontrar tráfico y tener siempre parking en la puerta.
Y luego me dice la gente “¡cómo te cunde el día!”. Pues ya lo veis secreto ninguno. Te levantas prontito, desayunas con tu amor, re-duermes un rato y te da la vida para mil quehaceres.
Bueno queridxs, voy acabando porque tengo en un rato la primera entrevista de trabajo de esta semana post-Halloween, que ya os digo yo que tal y como está el mercado podría hacer una recopilación de las mismas y sería un Thriller best seller. Ayss.
Me empino el Red Bull y a la carrera, que a mi hace ya un tiempo que los cafés se me quedaron cortos. Besazos.
Ready para la entrevista de hoy. ¡Noooooooo!
#YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco #MadrugarMola #YUnCarajo #JonesAlaCarrera
Madre mía, eso es AMOR y FUERZA DE VOLUNTAD. Te admiro 🙂
De verdad que sí. Estos madrugones son SOLO por amor. Porque a mi Dios ni me ayuda ni me echa una triste mano…así me levante a las 5 am. Luiiiiiiiiiiiiiiiis, where are you?
Me ha encantado, me parto contigo, yo soy como una montaña rusa , que cuando está arriba no ve el momento de venirse abajo, y grito en silencio hasta que mitad de semana vuelvo a ser persona
Si, hija sí. Cuando una está tan Mallorca, hay semanas que se hacen como una montaña rusa y es que yo me estoy volviendo diurna por momentos. ¡Madre mía! ¡Con lo que yo he sido! Gracias por visitarme Ana!! Besazos.
Muero de risa, estás sembrada , me has recordado que soy una especie de lirón en extinción que aunque su maridito se levanta a las seis una cree que esa hora no existe y continua hibernando hasta las 10 un día con otro y oye, que ni tan mal eh?? que el día no da pa nada? y a quién le importa si estás al calorcete del edredón durante laaargas horas de placer máximo?? Dormir está infravalorado, deberías probar, se adelgaza y se eliminan arrugas y tensiones varias jaaaa. ZZZZZZZ, eso si, el trasnoche que no me lo quite nadie eh?? Que la noche es joven…
Ayss, hija…¡para que veas! Después de tantos años con el Sargento y lo que es capaz de hacer una para tomar un café de 10 minutillos con su marido. Tienes razón. tendría que probar a quedarme en la cama y que me engulla el edredón cómo si no hubiera un mañana…pero es que la criatura hace tanto ruido moviendo los cachivaches en la cocina, que me pongo muy nerviosa y me tengo que levantar. Si a quien madruga Dios le ayuda…a mi me debe estar echando las dos manos desde hace infinito!