Quiero de vuelta el metabolismo de mis 18.

Tengo un metabolismo y unas hormonas más independientes que la República de Ikea. No hay quien los meta en vereda, oiga. Ahí van, campando a sus anchas y haciéndoles poco favor a mi cuerpo serrano.

No es que quiera yo volver a mi juventud cuando estaba yo flaca y planita. Quita, quita. Con lo bien que se está ahora gestionando y decidiendo como a una le sale del papo y sin remordimiento ni explicación alguna. Pero el metabolismo de mis dieciocho, y si me apuras hasta el de los treinta, eso sí que lo echo de menos.

#Acéptalo #LoDeTenerFlotadorEsUnHecho Que me he ido dos fines de semana de escapada y he pillado dos kilos en cada uno. Así, y sin ser de matemáticas, en las cuentas me sale a kilo por día.

Y eso que una no es de atracones. Pero unas copichuelas en los festivales y unos cafés gourmand en la France y he vuelto, como diría mi suegra: maja. Que en realidad quiere decir rellena.

Y lo peor es que esa masa extra que se ha instalado en mi cuerpo no está, por ejemplo, en mis mandarinas que podrían haber pasado a naranjas para lucir escotazo con más gracia en verano. Pues no.

Tampoco se ha ido ni medio kilito a mis piernas de gorrioncillo. No. Ahí siguen esqueléticas, ¡que parece que voy montada en dos zancos!

Está todo el mogollón en el mismo sitio. Jolín. Que si me pongo de costado me pregunta el personal que si va a ser niño o niña. #mecagoentóloquesemenea

#NoMeSeaisCabritas #NoEstoyPreñada #SoloHeCogidoUnosKilos

Que la gente te mira y te dice: “no, pero si estás bien”. Pues entonces si yo estoy bien lo que está mal es la talla de toda mi ropa en el armario. Acabáramos. Que no estoy yo por la renovación de vestuario pre-vacaciones y menos aun cuando en rebajas ya solo quedan los restos. Que no, que no. Quita.

Visto lo visto, ayer me armé de valor y me fui al Mercadona. Meses hacía que no lo pisaba porque a mí ir al supermercado me da como urticaria. Así que me conformo con lo que el sargento trae a casa. Que yogures de manzana ¡bien! Que son de fresa ¡bien también! Cero quejas que si no me dice que le acompañe.

Entré con aire de triunfadora, cogí el carro grande y con mentalidad détox, fui echando todo lo verde que se cruzó conmigo. Pasillo a pasillo. Estante a estante. Espárragos, zanahorias, lechuga a kilos, verdura, kiwis, tomatitos cherry, galletas integrales. Con ánimo. Con garra. Con mentalidad de “yo puedo”. Adivinando ya el cuerpazo que se me iba a quedar.

#YoEnElMercadona #VerdeQueTeQuieroVerde

Estaba yo delante del pan integral, pensando si era mejor el de centeno o el de sesenta y siete cereales, cuando fui arrollada por una criatura que no alcanzaba la mayoría de edad que me empujó con vehemencia para hacerse con el pack de ocho donuts de chocolate mientras escupía un: “perdone señora”.

Me tuve que agarrar al carro porque se me disparó el instinto asesina-en-serie. Habrase visto.  No. No me dolió el codazo. Ni tampoco que me llamara señora. Lo que me fastidió nivel máximo es verla partir con ese cuerpo flacucho y escurridizo y todos esos donuts bajo el brazo. Los miré con tanto deseo que engordé 300 gramos.

Jo-der. Yo no quiero ser joven. Yo lo que quiero es comer sin engordar, que mi metabolismo no aproveche para acumular hasta la última miajilla de pan y que mis hormonas no sean tan caprichoso-cojoneras.

Mire mi carro. Verde. Muy verde. Y decidí ir a pagar antes de arrepentirme.

Me abrió la puerta mi marido y me miro como si me hubiera vuelto majara:¿has ido al súper? ¿has comprado todo ‘esto’?  ¿Y carne? ¿Y pescado?”

“He tenido una urgencia y no he podido acabar la compra”, le dije. Como le voy a explicar qué si no salgo de allí corriendo, yo por unos donuts… ¡maaaaaato!

Malditas hormonas. Del metabolismo de los cuarenta-y-tantos… ¡mejor ni hablamos!

Y encima el viernes es mi cumple. ¡Me pienso comer un pastel de tres pisos ! Y al metabolismo que le jo**n.

#YoNoSoyGente  #YVosotrosTampoco #DevuelvanmeElMetábolismoDeMis18

 

 

¡COMPRAR, COMPRAR MALDITOS!

Hoy me he levantado estrenando buenos y nuevos propósitos:

IR AL SUPERMERCADO

No puedo. Me supera. Me atabala. Hay mucha gente. Muchas cajas. Mucha cola. Mucho de todo.

Pero donde yo vivo ya no quedan tiendas de barrio. Ahora se compra todo en ese Port Aventura llamado Mercadona, en mi caso, así que tienes que hacerte a la idea de que para llenar el carro vas a vivir un impresionante capítulo de La Marabunta o Paga como puedas.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos

Llegas y lo suyo es hacerte con un carrito, de ésos que llevan su hojita de lechuga y todo; es uno de esos misterios que siempre me ha fascinado. ¿La pone alguien?

Asegúrate que coges el carro que no se tuerce hacía la derecha por los pasillos, porque corres la probabilidad de acabar con 14 paquetes de compresas y ni un kilo de arroz.

Si las ruedas tienen vida propia ves corriendo a cambiar el carro, fíjate bien quién se lo lleva, para cuando luego te lo encuentres por el pasillo echar unas risas a su costa viendo cómo derrapa.

Sí, hacer la compra es muy aburrido, cualquier motivo de cachondeo es bienvenido.

Si hay algo que odio más que hacer la compra es “hacer la lista de la compra”.Me parece más aburrido que ver a Falete afeitarse.

Prefiero tirar de carro y hacerme pasillo a pasillo mientras rememoro lejanamente qué es lo que ya no habita ni en la nevera ni en el armario de casa.

Suelo empezar por la zona de cosmética, para venirme arriba, toqueteo un poco los pintalabios, pruebo 2 sombras y 3 cremas hidratantes y ya luego más maquillada e hidratada me veo más capaz de llevar acabo la hazaña propuesta.
Paso por la zona de frutos secos: No.Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos 3

De patatas fritas: No.

De gominolas y caramelos: No.

De galletas y galletitas: No.

Con este panorama, me sobra medio carro. Me rebelo y cojo dos paquetes de ganchitos.

Lo que no mata engorda y yo soy inmortal aunque con un diámetro de cintura interesante.
Recuerdo que no tengo leche de avena, básicamente porque esta mañana no pude hacerme cortado.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos 4La busco, la busco y la busco sin cesar y sin éxito alguno. Llamo a mi marido y le pregunto: “Es una caja naranja, casi siempre está en el suelo, nunca hay ninguna suelta. Tendrás que petar la caja si no te la quieres llevar entera”.

Gran descripción.

Me hace pensar que en el barrio, dos abuelitas, otra intolerante y yo somos las únicas que bebemos leche de avena, si no…  ¿por qué la esconden?

La localizo y me llevo 3 bricks rompiendo triunfante la caja contenedora. ME SIENTO COMO ROCKY CON SU TROFEO.

Paso por el pan y pastas a granel. Hacer la compra a las 20h. no es una gran idea #palabradehambrienta.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos 7Cojo una papelina y meto dentro unos cuantos croissants de sobreasada y otros pocos de atún, le pego el precio y acto seguido me los como.

Dejo un par para que la bolsa haga bulto cuando la pase la cajera y me doy por merendada.

Empiezo a aburrirme, así que activo el automático: pan Bimbo, tostones, sopas, pasta, embutido el justo y zumos muchos zumos.

Me encantan. Compro zumo de naranja, de naranja y uva y también sólo de uva. Y uno nuevo que he descubierto de sandía y otro que hay de sandía y melón.

Comer está sobrevalorado. Bebamos.

Hablando de beber, recuerdo que no he pasado por los vinitos. Cojo unos yogures de soja al vuelo y me planto delante de los verdejos.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos 6No hay ninguno que me llame la atención, pero me visualizo en casa ya con la compra guardada y habiendo hecho un lanzamiento de zapatos a la par que un despelote pro-pijamero y con mis calcetinitos fucsia copa en mano y me decido.

Cojo el que tiene el nombre que me gusta más y punto.

Camino de la caja, ya veo que aquello empieza a abarrotarse que ríete tú de la cola de la INEM.

Todas las cajas a tope. Por un momento cruza mi mente abandonar el carro y huir, pero la idea de no volver a tener cortado por la mañana me retiene.

Me pongo detrás de dos carros inmensos que han comprado como si fueran a montar un comedor social o tuvieran una sucursal de McDonald’s.

Los odio. Así, directamente, me da igual que sean hombre, mujer o alien que ha usurpado un cuerpo, los odio por estar delante mío haciéndome perder el tiempo en una maldita cola.

Me relajo y hago lo que todo el mundo: Coger smints, pilas y cualquier otra chuminá que ronda por la zona. Y por fin… ¡Me toca!

turno

Me hago con la cinta transportadora como si fuera mía y la estuviera pagando a plazos y pongo en ella la compra a tanta velocidad como me dan los brazos: cuanto antes acabe este sinsabor mucho mejor.

El señor detrás de mí, impaciente, empieza a sacar su compra. Le hecho una mirada con más carga disuasoria que un picnic en Laponia mientras sitúo de forma amenazadora el aparatejo de “Espere su turno” entre mis naranjas y su lechuga. Aquí no pasa nadie.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos99Y me pongo a embolsar la compra.

Esa compra que ha ido de las estanterías al carro.

Del carro a la cinta de pagar. De la cinta a las bolsa.

De la bolsa a mi mesa de la cocina. Y de ahí hace un viaje hasta su destino final.

Eso es marear la perdiz y lo demás tonterías. No sé cómo los yogures no llegan estropeados.

La cadena de frío se rompió hace rato atrás. Hielo ya dejé de comprar para no regar la calle.

Ha sido horrible. Me ducho y me pongo el pijama. El vino está caliente, así que bebo zumo de sandía. Me he olvidado la carne y el champú del pelo.

¿A quién le importa? Usaré gel y me haré una tortilla.

Pero la próxima vez que toque hacer la compra se lo cambio a mi marido por barrer, fregar, limpiar las persianas y si es necesario levantar un tabique; pero juro que no vuelvo a entrar en ese parque temático llamado Supermercado.

Antes me subo al Dragon Khan: palabrita. #yesoquetengounvertidodelamuerte.

Yo no soy gente, Historias reales, mundo surrealista, Mercadona, Hacer la compra, lista de la compra, comprar comprar malditos990