EL EFECTO COZUMEL

Estaba en Cozumel y cayó una tremenda tormenta tropical. No cayó. Me cayó. A mí.

Trescientos litros en canal sobre mi persona. Y la de mi marido. Vamos, que si en esos momentos nos hubiéramos besado, hubiéramos parecido el diario de Noah. O Bridget Jones de reconciliación con su Colin Firth.

Pero no tuvimos el momento romántico y lo que hicimos fue salir huyendo. Estábamos de crucero en la parada de Cozumel y ese día nos íbamos de excursión al parque de Xcaret, del cual me habían hablado maravillas, en el que se casó Paulina Rubio (como si eso fuera un valor seguro) y bla bla bla…

#EstoHubieraSidoLoSuyo #PeroEnVezDeBesarnossalimosHuyendo

El caso es que en dirección al autocar nos cayó la de Dios. Esos días en que sabes claramente que están limpiando el suelo del cielo y que no están por la labor de escatimar en agua. Chorreando como estábamos nos dio pereza subir al autocar y estar una hora de camino escupiendo agua por todos nuestros poros, así que decidimos quedarnos.

Pero nuestros amigos… ¡sí fueron!

Dos horas estuvo diluviando antes de dejar paso a un Lorenzo que ni en Almería en agosto se ve. Y nosotros no estábamos en Xcaret. Estábamos en el camarote muriendo de arrepentimiento a cada rato. Lo peor fue la cena con nuestros amigos. “Fenomenal “Increíble”.

Puaggggg. Momentazo #mebajodelavida en toda regla.

Ese día mi Santo y yo decidimos que esto no nos pasaba otra vez y que cuando tuviéramos un objetivo íbamos a por él con todas sus consecuencias. ¡Esto lo bautizamos como el “Efecto Cozumel”!

#ElEfectoCozumel #LoMejorParaLosIndecisos #DíNoAlArrepentimiento

Uno nunca sabe qué momentos van a ser importantes en su vida y este fue uno de ellos, porque gracias a esa tormenta: no nos para nadie. Vamos donde tengamos que ir, llueva, nieve, diluvie o se vea venir el Arca de Noé y lo que ello conlleva: Somos gente (bueno no-somos-gente) con un objetivo.

Que hemos decidido salir a correr y está medio nublado… ¿y qué? Que nos vestimos de runners (sí, sí, ahora somos runners con bambas técnicas, reloj cuenta pulsaciones y todo eso, total para cinco kilómetros que hacemos, en fin…) y cuando llegamos a la calle empieza a chispear… ¿y qué? Que llevamos un kilómetro y aprieta, pues nos echamos la capucha a la cabeza. Que empieza el chaparrón y te pilla dándolo todo… ¡y qué! ¡Pues seguimos!

Se impone el efecto Cozumel: llegamos como pollos mojados, pero hemos corrido lo nuestro. No hay arrepentimiento.

#ElSargentodeHierroyJonesBajoLaLluvia #ParecíaUnaNubePasajera

Ayer igual. Venimos a Tarragona a la playa y de pronto amanece el día churro-media manga-mangotero. ¿Y qué? Se impone el efecto Cozumel.

  • ¿A qué hemos venido? ¡A la playa!
  • ¿A dónde vamos a ir? A la playa.
  • ¿Qué nos espera? La playa.

Dos horas estuvimos viendo llover desde el chiringuito. Empalmamos el cortado de las 10h. con el vermut de las 12h. y para cuando dejó de llover éramos el único parasol clavado en la arena con sus dos sillitas debajo contemplando bucólicamente el mar en un día nublado.

No, no nos pudimos bañar, pero… ¿y tener una playa para nosotros solos? Eso no tiene precio.

#UnaPlayaParaNosotros #TomaLujazo #TomaLluviaTambién

De hecho, la semana pasada tuve una sesión de fotos para mi otro blog. Había quedado el martes con la fotógrafa y amaneció lloviendo, así que me llamó y me dijo:

  • ¿Quieres que lo dejemos para mañana que dan mejor previsión?
  • No – dije yo. A mi mente volvía una y otra vez el sol espatarrante de Cozumel y yo viendo una película en el camarote.
  • Es que igual nos va a incomodar un poco si chispea todo el rato
  • Da igual. Pues ya me cambiaré en un bar.
  • Es que habrá poca luz.
  • Pues más bucólico.
  • Ya, pero es que… aunque pueda mejorar la luz con retoque, no te voy a poder borrar el suelo mojado y los charcos.
  • Uuuh.

Chascazo. OK. Igual aquí se debería crear el efecto “Cozumel reloaded” para casos en que los efectos secundarios ya se prevén muy chungos de entrada.

#AsíMeImaginabaYolaSesiónDeFotos #PosandoBajolaLluvia

Pero… ¡FUNCIONA! Os tengo que decir que, para las personas indecisas, como yo. mismamente, ya no existe el “ayyyys, voy o no voy” “salgo o no salgo”. Si no que me lanzo en barrena y ya, si eso, corrijo a medio camino.

Pero medio camino ya es más que estar en la casilla de salida, ¿no creéis?

¿Tenéis vuestro propio “Efecto Cozumel”?

¡Contádmelo, pleasssse!

#YoNoSoyGente #yVosotrosTampoco #EfectoCozumelLoMejorParaLosIndecisos