No hay nada más que observar el lenguaje no verbal de las parejas para saber en qué etapa están. Suelo observarlas mientras desayuno en la panadería, en la cena en un restaurante y evidentemente cuando salgo a bailar por la noche y no deja de maravillarme.
La etapa Cordero-Degollado mola. En ese momento tu partenaire, todavía en ciernes, tiene todas las gracias habidas y por haber. Ha nacido el hombre perfecto y tienes tanta suerte que has dado con él. Evidentemente que esta afirmación no se aguanta por ningún lado, pero cegada por el amor en potencial desarrollo, tú te la crees a pies juntillas.
Las parejas salen a cenar pero es obvio que lo de menos es la cena, no miran ni la comida. Podrían ponerles tres gusanos en la ensalada saludando que ni los verían. Comer es lo de menos, es lo genial de esta etapa: que se suele perder peso. Se miran lánguidamente, se comportan pícaramente y sonríen cual si la vida fuera un Carnaval como pregonaba Celia. #lomejorestaporvenir
Luego viene la etapa somos-novios… ¿aún se usa la palabra novio? Con las modernidades de hoy en día no estoy segura que esa cursilería no haya pasado a la historia junto al anillo de prometida, Gracias a Dios, porque menuda gracia, lo de llevar el anillito de marras para indicarle al mundo que te han “cazado”. #valgameseñor. En esa etapa algo más cómoda, ya incluso cenas cuando sales con ese propósito lo cual no está mal y empiezas a recuperar tu peso habitual.
Las miradas y los besos tienen menos pasión y más ternura y aún hay mucho gesto de compenetración somos-uno.
Se planean viajes y escapadas y la vida es de una felicidad casi insoportable porque tú te sientes plena.
Y aunque te echen del trabajo o te pisen el callo, no importa, porque tienes novio y por lo visto eso cura todos los males. #lavidaesbella.com
Pasamos a la etapa “esto-se-pone-serio” y hay que conocer a los suegros. ¡Palazo del millón! Porque la gente es como es y si la familia no se elige y te toca la que te toca con sus irregularidades y manías, pues imagínate la familia política. Esa simplemente te viene dada junto al amor de tu vida.
Tu suegra te odia desde el momento uno, porque es obvio que no eres lo suficientemente buena para lo maravilloso que es su hijo…
#hastaquenosedemuestrelocontrario.
Luego con el tiempo te vas acostumbrando y practicas la aceptación/adaptación/resignación (táchese lo que no convenga) y se te hace “llevadera” la gestión del tema político-familiar. Aquí el gesto se relaja, hay besos y abrazos si apetecen y si no, no. Pero aún quedan los besos furtivos cuando no te ve la suegra. #besosfurtivossonlomás
Bodorrio-Time, bufff, yo este paso me lo salte, porque pienso en ello y me sale una urticaria. Pero como pasé la típica temporada en que se casan tus amigos, ves que las 32 parejas pasan por las mismas fases: Que guay nos casamos –algo sencillo y familiar-se nos va de las manos- menudo pastizal-¿con quien siento a tu tia la que no se habla con nadie? – menudo cansancio esto de la boda – ¿Por qué nos metimos en esto? – Que ganas de que pase – Gracias a Dios que nos queda el viaje en el Caribe.
Aquí los besos se vuelven casi castos, que yo creo que es del propio cansancio de la organización, que se te quitan hasta las ganas de mirarte a la cara. No puedo hablar porque no tengo experiencia propia, pero ¿vale la pena? #organizarunbodorrioesunapifostia
Vamos-a-procrear. Te das entre 2-5 años de margen “para disfrutar de la vida en pareja”. Y esa etapa es genial…hasta que a cada uno le va llegando el momento “ponga un hijo en su vida” (a mí no me ha llegado nunca) y a partir de que nace el bebé hay un nuevo mundo sin irte de este mundo. Ya no hablas de cosas normales nunca más, tu centro del universo cambia y tus responsabilidades también.
Yo como Sinhijos que soy no voy a opinar.
Pero lo que está claro es que esto lo has de hacer desde el deseo más íntimo-de tu fuero interno-nacido de tus entrañas, porque tener un hijo sí que es #paratodalavida y no la tontería esa que dice el cura cuando te casas.
Aquí los besos y caricias son los que son y cuando se puede, que mamá y papá están muy ocupados y además tienen mucho sueño. #besosmodomecaigodesueño
Y de aquí en adelante y basándome en mi Sinhijos Experience, las siguientes etapas son como sigue:
5 años de relación: El amor de mi vida has sido tú. El amor de mi vida sigues siendo tu… (by Camilo Sexto)
10 años de relación: Te amaré, te amaré… (by Miguel Bosé)
15 años de relación: Amigo, hay que ver como es el amor… (Pablo Abraira)
20 años de relación: Vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta (by Pimpinela)
Y a partir de los 20 años, las parejas son simplemente HEROES DE LA CONVIVENCIA que se merecen una calle que lleve su nombre, como mínimo, pero por supuesto…
¡QUE VIVA EL AMOR!
#sobreviviralaconvivencianoestareafacil #parasiempreesmuchomuchotiempo #sielamorteatrapamejornoresistirte
Jajajaja! qué buena! Pues fíjate que yo después de 17 años (ya pronto tengo la calle con nuestros nombres) aún me parece que he dado con el hombre de mi vida! Suerte que tiene una! Por cierto, yo también me salto el paso de los hij@s 😉
O sea que estas en el momento “Amigo, hay que ver cómo es el amor”. Eso esta genial Pantu, cuando das con el amor de tu vida no pesan los años (te lo digo yo que ya tengo calle a mi nombre), así que a seguir disfrutando del amor, del hombre de tu vida y ¡avísame! cuando inaugureis la calle. ;-P
Molt bo Alicia! M´encanta el títol “Love is in the air”, de fet jo el vaig trobar a l´aire l´amor! Molt amunt per sobre els núvols…. Crec que encara que la gent ja no es casi, i molts us salteu el pas “fills”, l´amor segueix essent part fonamental de la vida… una vida sense amor ha de ser mooooolt trista.
Carme, efectivament, una vida sense amor deu ser terrible! Es veritat que tú vas trobar l’ amor al mig ddels nuvols. Oh, que romàntic! Que ho segueixis gaudint moooolt de temps. Petonàs.