Toda mujer que se maquille sabe que la economía que necesita el llenado del neceser de pinturas no es moco de pavo. Con lo cual ante igualdad de sueldos con el género masculino, es obvio que nuestra cuenta sufre un desfalco como te fallen la crema hidratante y el rimmel el mismo mes. Mientras ellos van a cara lavada y se ahorran tremendo desembolso.

Ya lo sé. La siguiente pregunta que se formula en el aire es: ¿Por qué no vamos nosotras a cara lavada? Pues porque la publicidad de cremas y potingueo vario con fin de estar más monas comenzó antes (mucho antes) para el sector femenino que para el masculino y años de mensajes subliminares al cerebro via televisión, marquesinas, revistas, escaparates y millones de sitios más, pues acaba haciendo su mella cual gota malaya.

Además el día que vas sin pintar y haces un poco de ojeras, todo el mundo te dice: “Haces mala cara”, la pregunta es ¿Por qué tu compañero masculino que gasta las mismas ojeras que tu no tiene supuestamente mala cara?

En fin, puesto que no es mi intención ir en contra sociedad, yo, cómo la mayoría de las féminas, me maquillo. Ir contracorriente como los salmones es demasiado cansado para mantenerlo en el tiempo.

Yo me pinto en 0,01. Ya con mi edad pintarse como una puerta solo me haría parecer mayor dándome en el mejor de los casos un aire de pepona revenida y en el peor de los casos…prefiero ni pensarlo. Así que intento darme con todo el arsenal del que dispongo un aire de “buena cara” y me doy por satisfecha.

Comencemos por las cremas. No es lo mismo la de día que la de noche. Ni la reparadora a la hidratante. Ni la antiarrugas a la antimanchas. Y luego están los serums: un mundo paralelo, otra dimensión. Total que según el momento de mi vida, si considero que estoy más deshidratada o arrugada escojo una u otra.

Añado el serum just-in-case y remato con un aceite extra-hidratante-de-la-muerte. Y con todo ello consigo aparentar la edad que tengo, lo cual no esta mal. O igual es que me he vuelto muy conformista.

En mi neceser van unas muestras que me regala mi esteticienne, lo mismo de saliva de serpiente, que de aguijón de avispa. Llegado el caso las aplicó con entusiasmo y mucha fé y me vengo arriba cómo si tuvieran efecto lifting-te-quito-5-años. Mirarte con cariño y aceptarte es obligatorio y un plus de madurez.

Con lo del lápiz de ojos no acierto ni por casualidad. Ni punta fina ni punta gruesa, yo creo que mi pulso regulero no ayuda y a pesar de que el muy traicionero parece que en el momento del aplique queda bien, a la que pasan un par de horas se mueve y parezco Rambo buscando camuflaje. No hay manera.

He pensado en tatuarme la raya y punto pelota. Pero me da un miedo tan atroz eso de tener la aguja tan cerca de la retina que creo que me tendrían que sedar entera para poder proceder. Mejor no. ¿Algún consejo de experta mani-rota en rayas oculares? 

El rimmel es otra hazaña. Caro cómo el fuego pero necesario para hacer esas caídas de pestañas tan sútiles reveladoras en momentos de ligoteo en apogeo. Tras mucho buscar y probar cepillos curvados, rectos, rizadores, alargadores, etc, he encontrado uno con el que finalmente soy capaz de evitar los grumos. Grumo igual a pegote, efectivamente.

Me doy un toque sutil por las mañanas y tiene el poder de que tu mirada se abra y parezca que tienes menos sueño.

 

No obstante ponértelo a las 6 de la mañana requiere de no poca concentración.

El otro día en una aplicación matutina hice un pestañeo inoportuno y cepillazo en el ojo y todo el rimmel campando a sus anchas.

¿Qué levante la mano la que no se ha metido alguna vez el cepillito en el ojo y ha llorado más que en la separación de los ‘Take That’? Gracias por confesar compañeras, ya me siento mejor.

El colorete  merece su propio capitulo. El rosa porque es muy rosa, si es discreto como que no se ve, el granatoso porque apaga la tez,el marroncillo envejece,…

Como te pegues un brochazo a lo bruto, te dejas una mancha en la cara, si lo espolvoreas demasiado apenas lo notas. Bufff. ¿Qué me estas contando? Metodo de la abuelita: dos pellizcos en los mofletes y tan estupenda.

 

Y lo del pintalabios ya es de master. Los grasos porque no aguantan. Los secos porque deshidratan. Los gloss porque parece que llevas la boca aceitosa. Los 24-horas-de-duración tienen pinta de ser cuanto menos sospechosamente insanos. Acertar con el colorido es como jugar a la ruleta. Cuestión de prueba-ensayo.

Yo me veo fatal con los rosas y anaranjados y sin embargo adoro el rojo pasión. Otra cosa es ponértelo sin mancharte los dientes, que no te quede el reborde pintado después de comer, que no se te vaya por el lateral…

Yo flipo cuando veo a las estrellas de Hollywood con esas bocazas con pintalabios inamovibles.

Personalmente, me encanta llevar pintalabios, creo que nos hace a las mujeres lucir más sexies. Es lo único a lo que no renunció nunca. Me pintó los labios hasta para ir a clase de pilates.

Si. Antes muerta que sencilla. True.

Podría continuar, pero ya veis que mi neceser es tirando a básico-normcore y aún así la pasta que me cuesta mantenerlo. Últimamente he decidido hacerme un pequeño “stock” en momentos de bonanza del que tirar en los meses perros.

En fin, sea como fuere, si os gusta pintaros bien, sino también, ojos, labios, rojos, naranjas: la elección es vuestra.

Lo más importante que os veais guapas en el espejo, que piséis fuerte y que cuando pongáis un pie en la calle, el diablo diga: “Ya está en pie”.

Mucho amor chicas.

#pintarsealas6delamañanaesdemaster  #elrimmeleseaccesoriorebelde #coloretespepona #pastizalinvertidoenelneceser

 

Por cierto, que hoy tenéis nuevo POST en mi otro blog: Cuidatuimagen.

“¿Qué le pasa a las modelos de ZARA?, Leer AQUÍ