Hello queridos Yonosoygentes que estáis al otro lado de la pantalla.
Pasaba por aquí para desearos Felices Vacaciones y feliz Semana Santa.
Cuando leáis esto, servidora estará en Bilbao poniéndose ciega a pinchos y a vinos.
Sí. La economía aprieta y este año he sustituido los paseos por las playas caribeñas por los tutes por Bilbao. Y si os digo la verdad ni me he inmutado. Yo, que soy muy peliculera, me veo con los jeans boyfriend arremangaos y cantando aquello de ‘…desde Santurce a Bilbao vengo por toda la orilla…” y me vengo arriba descomunalmente…“luciendo la pantorrilla”.
¿Quién quiere peces de colores? Donde se pongan unas buenas sardinas… ¡o unos percebes!
Ahora mismo estoy haciendo la maleta, ¿o debería decir las maletas? A mí me gustaría que alguien me explicara por qué cuando viajo en avión lo meto todo en una maleta de mano y para irme cuatro días parezco la Reina de Inglaterra con cinco baúles. ¡Jolín!
Y es que los ‘porsiacasos’ te hunden la vida. Y como en Semana Santa lo mismo llueve, que hace sol, que refresca, que te achicharras, unido a que una que quiere estar siempre mona… ¡pero es que mi supuesta condición de fashion girl así lo requiere! ¡Seis pares de zapatos me llevo! Al tema: que voy a pisar la ciudad desde en bambas hasta en stilettos. Espero no matarme por el empedrado.
Como parece que una cuando se va de viaje tiene que estar mejor que nunca, pues fui ayer a hacerme la manicura, la pedicura, una limpieza facial y una presoterapia. En otras palabras: que ingresé en el centro estético casi cuatro horas.
Me da a mí que me tenía un poco abandonada, porque me tumbé en la camilla y me dijo la esteticienne:
- Te voy a poner un poco de máscara
¿Desincrustante? Feo. Fue oír la palabra y pensar: “Hija, ¿pero qué tengo ahí incrustado en la cara? ¡Que sí! Que las ciudades están muy congestionadas de polución y lo que tú quieras, pero… ¿qué has encontrado entre mi cutis? ¿La espada del Cid? ¿Siete mineros cavando?
En fin, yo es que con lo de la higiene lo paso fatal. Ese momento ‘vaciamiento’ de poros mientras Sandra me mira a través de la lupa con su ojo cíclope…bufff…
Yo siempre le digo:
- Háblame, háblame. Cuéntame cualquier cosa porque estoy a punto de pegarte.
Y ahí tienes a la pobre dándome cháchara a petición:
- Mi suegra, que parece que ya no se va a Gambia – me dice triste.
- Jolín – me sabe tan mal, que decido no quejarme ni aun cuando me hace las cejas, que es lo peor de lo peor-.
De hecho, me pregunto a veces si las cejas tienen 4 centímetros por fuera y raíces de un metro por dentro, porque el sufrimiento humano cada vez que la pinza arranca un pelo no tiene nombre.
La pedicura, fantástica: no creo ni que pise la playa ni que pueda ponerme sandalias, pero si entro en una zapateria a probarme zapatos, tendré todo el glamour en mis pies. Y con mi nueva manicura podré levantar la mano y pedir otro pincho con unas uñas perfectas. Todo cuenta, oye.
Lo de la presoterapia… ¡impresionante! Incluía brazos y todo. Cincuenta minutos estuve reconvertida en el muñeco Michelin mientras que aquello bombeaba y me drenaba toda, toda, toaaaaa – que diría Jesulín.
Cuando salgo le pregunto a Sandra:
- Sandra, ¿esto es para perder líquido? ¿Cuánto crees que he bajado? ¿Dos litros?
¡Porque pienso rellenar ese hueco a base de zuritos y Martinis! ¡Lo juro!
También voy a visitar San Sebastián, que sí, que ya os conté que había visto mucho mundo facundo, pero no he pisado yo la ciudad del festival de Cine never in my life.
Que me han dicho que la ciudad tiene ese je-ne-sais-quoi que dirían los franceses, que te atrapa. Así lo espero: me he llevado mis mejores galas para pasear cual estrella de cine por su paseo, por su Concha y por donde haga falta.
Y pincho va, pincho viene. Ya si eso la dieta la empiezo otra semana…
Y luego, ya de regreso, a ver procesiones y comer torrijas con madre-no-hay-más-que-una, padre-gruñón, marido-ogro y resto de la familia.
Espero que vosotr@s también podáis aprovechar estos días para airearos un poco. ¡Contádmelo!
Así que ya estoy acabando, ya estoy empaquetando, ya me estoy yendo…
Besazos.
#YoNoSoygente #YvosotrosTampoco #JonesOnRoute
Hola Alicia! El norte puede ser tan emocionante y paradisíaco como cualquier playa allende los mares. No he estado nunca en San Sebastián pero todos los comentarios que he oído son positivos, qué tendrá esta ciudad que a todos gusta? Espero que disfrutes de tu “aventura”. Yo he escogido la playa para robar toda la energía que pueda del sol, con protección, claro, esta época es la más propensa a sufrir quemaduras y coleccionar resfriados. Mientras tú te tomas un vinito con tapitas aquí nos vamos a hartar de “monas, monos y monitos”, No sé qué es peor, jajaja… Besitos!
Querida Imma, lo mio ha sido un suma y sigue. Porque a los pinchos y los vinos se le han sumado las torrijs maternas y también la mona de pascua. La próxima vez que nos veamos llegaré rodando. El norte es maravilloso. San Sebastián me encantó. Apuntalo en tu libreta de ‘pendientes’ porque tienes que ir. Besazos morena.
Pues oye, muy lindo el norte pero los diluvios no los perdona jaaaaa, y San Sebastián y Bilbao molan pero como Asturias patria queridaaa nadaa jeee. Asturias paraiso natural forever #ynoespasióndemadre, jii. Nosotros hemos pisado tierriñas gallegas con unas variaciones de temperaturiñas que ríete tú del trancazo al uso comparado con mis amigdalas tamaño xxl, ainssss. Eso me pasa por venirme arriba y hacerme cruceritos por el Sil en manga corta y en terraza of course que quedarse dentro es de flojos , como si aquello al empezar a moverse no bajase 10 gradillos de golpe. Buffff acabé con congelación de orejas y fular al estilo vacaciones en Roma toda mona yo. En fin, ahora toca ibuprofeno pero que nos quiten lo bailao y la empanada y el pulpo #quetecagas ,jeee. Besiñossss
Lula, eso te pasa por no ser de Bilbao, la ostia. Te veo floja. Si fueras de Getxo hasta te hubieras bañado en el Sil. Pero como tu dices que nos quiten lo paseado y lo comido, aunque ahora estemos a dieta de iboprufeno…ya pasará. ;-P