Hablemos claro: El síndrome post-vacacional es un lujo. Es algo que en estos momentos no le está pasando a casi un 25% de la población, lo que hace que pase a ser casi objeto de deseo.
Así a nivel definitorio serían esas cosquillitas de mala leche que comienzan 2-3 días antes de que tus vacaciones pasen a la historia y que te dura, en el mejor de los casos, la primera semana de la vuelta a tu hábitat habitual, llámese curro de turno.
Sí. Llegó el momento de abandonar esos desayunos interminablemente largos en los que café en mano y bocata de jamón a la derecha, te leías hasta los anuncios del Diario. La buena vida, la playa, el tinto de verano de las 12 y el cubatita después de la cena: Finiquitado. Contra antes lo asumas más rápido avanzaremos.
Septiembre es AÑO NUEVO, momento de propósitos y buenas intenciones, así que vamos a intentar llevar éste retorno lo mejor posible para no hacernos daño.
Y en silencio, por favor, cómo las almorranas.
Que cómo le hables del síndrome post-vacacional a un parado de larga duración, te llevas de souvenir los cinco dedos marcados en la mejilla, así que un poquito de respeto.
Ahí van algunos tips:
Volver unos días antes para aclimatarse. Ni de coña. Eso es una tontería in extremis. Un desperdicio de días. Un tiempo perdido en un limbo que ni es una cosa ni otra.
Tú vuelves con el coche cargado de tu lugar vacacional a la oficina. Con el último flotador aún medio hinchado y resto de arena en los pies.
¿Quién ha inventado la palabra “aclimatarse”? Una tontá. Te recuerdo que te quedan 51 semanas de aclimatación, días cortos y grises y lluvias mil. Así que tú a lo tuyo, a exprimir tus días #comosinohubieraunmañana.
Aprovecha el efecto “lavado de cerebro” para hacer que tu reentré en el hábitat laboral sea más llevadera. El tiempo vacacional que es sabio y todo lo borra, hace que no recuerdes que tu compañero de trabajo es un poco mamón y la del fondo una bruja con escoba incluida.
Llegas y en una explosión de “ficticia amistad” los besas y los palmeas como si fueran tus amigos íntimos que has echado muchísimo de menos.
Es un espejismo que dura apenas una semana pero que te ayuda a amortiguar el golpe de los 6381 emails que te esperan.
Tira de café. Vale, habías dicho que en cuanto volvieras te dabas a la vida sana. Beber agua, tisanas y disminuir la dosis de cafeína. Correcto. Pero, ¿es necesario quitarse todos los pequeños vicios a la vez? ¿Y la primera semana post-vacacional? Olvídalo.
Tomate 7 cafés o que te lo inyecten en vena. Mantener los ojos abiertos los primeros días es una heroicidad que has perdido junto a la cotidianidad del atasco de tráfico mañanero.
Ni se te ocurra hacer dieta. Te recuerdo que, al igual que el punto 1, para este menester tienes 51 semanas. ¿Vas a iniciarte ésta? Déjalo.
El hecho de quitarte los calamares fritos, el helado de dos bolas y el gin-tonic cargadito ya va a hacer que la barriga vaya volviendo a recuperar su posición habitual. Para una dieta más severa, esperar a que pasé septiembre.
Y por lo que más quieras: NO pisar El Corte Inglés bajo NINGÚN
concepto. Siempre fue “adelantado a su época”, pero ahora además de anticuado es hasta molesto.
Lleva anunciando “La Vuelta a…” desde Julio, así que pisarlo en Septiembre es querer una muerte lenta y dolorosa mientras por los altavoces te anuncian todo tipo de obligaciones y cosas que necesitas.
Huir de él como de la peste. Es el diablo disfrazado de pepito grillo.
No pongas la tele. ¡Por Dios! El bombardeo de “cursos prácticos” hiere más que las balas. Increíble. Cómo montar tus propios barcos, bolillos por fascículos, aprenda ruso de forma fácil. ¡No fastidies! Hay cosas que no se pueden aprender a distancia y otras que simplemente ¡No son fáciles!
Bueno y la de colecciones que salen son para echar unas risas: colección de chapas antiguas de sidra de Vasconcios del Norte o de mini teteras de porcelana o de artículos Premium de Barbie. ¡Basta, por favor!
No liarse en ninguna de estas tonterías, que traemos todos la Visa reventada del verano y sabemos de antemano que los fascículos se acumulan en casa de semana en semana sin echarles ni tan siquiera un vistazo y las mini teteras solo nos van a servir para darnos más faena a la hora de quitar el polvo.
La vuelta al hogar, depende de dónde vivas, puede representar el fin del verano tal y como lo conocemos: con su sol, su calorcito, su brisita.
Si es tu caso, y en tu lugar de origen vas a volver a 13-15 grados fresquitos, lo más importante:
NO hagas el cambio de armario. Resiste.
Cómo mucho una Rebequita. Aguanta las minifaldas. Luce sandalias hasta que sientas los dedos de los pies como corchos. No hay nada más deprimente que acabar las vacaciones y pasar ipso facto a la ropa de otoño. Es el fin de los fines.
Haz cervecitas, cafés, refrescos, comidas y cenas con tus amigos. Disfruta del reencuentro. Las historias de cada uno durante sus vacaciones. Los destinos. Los países exóticos. El veraneo en el pueblo. La fabada de la yaya. Todo vale. Estos momentos en buena sintonía, regalaran una dosis de endorfinas y buen rollo a tu cuerpo.
Y hablando de endorfinas: Deporte con moderación al regreso. Que te conozco bacalao. Vas a ir al gym a probar todas las clases que no has probado en un año.
Vas a sudar más que Laurence de Arabia en el Sahara y a deshidratarte al momento dos. Moderación y paciencia, porque las 70 cervezas del verano no se te van a ir en la primera clase de spinning.
Y último. Pasé lo que pasé, te encuentres cómo te encuentres: NO reconozcas nunca que tienes síndrome post-vacacional. Así tengas ganas de echarte a llorar un mes seguido cuando suena el despertador. Eso le pasa mucho a la gente pero tú: TU NO ERES GENTE y yo tampoco.
¡Ahí lo dejo! Ahora que cada uno haga lo que pueda. Porque lo que sí que es irreversible es que las vacaciones han acabado, los abrigos están en los escaparates, en dos días estaremos oliendo los turrones y nos perseguirá el Gordo de Navidad antes de que nos demos cuenta.
Acepto sugerencias, ideas y mejoras para sobrellevar la reentré y éste síndrome postvacacional… #queporsupuestoyonotengo
Que conste que estoy estupendamente y lo llevo súper bien…
Por cierto, que tenéis post en mi otro blog: Cuidatuimagen.
Boníssim post Alicia! Seguiré cadascuna de les teves recomanacions i de fet, ahir mateix vaig aterrar a l´aeroport del Prat, aclimatación a mi? bah… Els autònoms tenim una altre peculiaritat que és que hem de comptar els diners que hem perdut durant les vacances…. Avui a treballar a tope… amb il.lusió! Et veig aviat espero!
Que tal la aclimatació??? Es veritat lo dels autònoms és molt fort! esteu fets d’una altre pasta. Amiració total i absoluta. Ens veiem tant aviat com poguem!!!