Feliz Año. Y ya. Que no se diga que no os deseaba un feliz año nuevo. Sí, en minúsculas, para no darle mucha importancia.
Éste debería ser el típico post de buenos propósitos, pero paso de escribirlo. Lo de estrenar enero no hace, sino que aumentar las expectativas de que todo va a ser nuevo, diferente, mejor y como sea más de lo mismo… frustración al canto. Mejor moderamos expectativas.
Acabo de leer mi artículo de despropósitos del año anterior y no he cumplido ni uno.
Dije que bebería agua todos los días, que pensaría en mi riñón y en una vida sana. Hasta la fecha, sin tener en cuenta los vinos con las amigas y el pirriaque del fin de semana, me quedarían dos infusiones y algún zumo de tomate. Yo creo que en otra vida fui rana y por eso en ésta no quiero ni probar el agua. A mí me parece que hasta tiene su lógica. #ElAguaParaLasCharcas
Dije que sería puntual y no lo he conseguido. Sigo confundiendo el ‘estoy saliendo’ con el ‘estoy llegando’ y maldiciendo cada semáforo en rojo cuando voy con prisa. Sigo poniendo el step en el gimnasio cuando la clase ya está comenzada y no cabe ni un alfiler.
Sigo llegando a la estación cuarenta segundos tarde para ver cómo el tren se me escapa en los morros. Me he acostumbrado a ello. Vale. No estoy orgullosa, pero…pero peor sería que me drogara, ¿no?
Dije que iba a fluir, a ser menos controladora, a aceptar todo como fuera viniendo. Y es mentira. Sigo necesitando ver todas las mesas de un restaurante para saber en cuál me quiero sentar, no me vale la que me ofrece el camarero.
Tengo que leer toda la carta desde el título hasta los suplementos para acabar pidiendo las bravas de siempre. Necesito controlar todo. El menú, la puerta de salida, los postres. Pues lo acepto y ya está. Esto, al fin y al cabo, no me hace ser peor persona. Es inocuo.
Dije que practicaría deporte con moderación porque reconozco que soy un ansia viva. Y no sólo no me he moderado, sino que me he extenuado en clase. Me he desgarrado el psoas a golpe de running.
He corrido más que Forrest Gump. Me duelen las caderas, la tibia, el pie y hasta el peroné que diría Alaska. Me suscribo a aquello de ‘Todo con moderación incluido la moderación”. Y me doy libertad de movimientos, y nunca mejor dicho.
Dije también que intentaría ser más prudente. Que intentaría evitar accidentes. Que pensaría en aquello de ‘ya tengo una edad’. Pero lo cierto es que ser buena me parece aburridísimo y sigo arriesgando y creyéndome una quinceañera a pesar de las patas de gallo que me devuelve el espejo.
Creo que desterrar el riego es entregarte al aburrimiento. Además ¡y la de cosas que te pasan cuando te saltas las reglas! Hay que hacerlo, si no no tendremos historias que contar a nuestros nietos.
Por eso paso de ponerme propósitos para este año.
Este año quiero seguir igual. No es que no quiera mejorar, es que creo que la imperfección también tiene su gracia. Sé que suena a excusa barata pero, de verdad, que agotarse en unos propósitos que comienzan como retadores y acaban como imposibles, sólo me genera desasosiego.
Este año NO tengo propósitos.
Pienso hacer lo que quiera. Voy a ir como perro sin collar. Como mano sin amo. Voy a ir suelta como una vedette. Voy a beber, a comer y a ponerme gorda y si me llaman me haré la sorda. Voy a hacer lo que me rote. Lo que me salga del entrecejo.
Voy a asumir que no le puedo caer bien a todo el mundo. Que nunca llueve a gusto de todos. Que es muy difícil ser buena amiga, esposa, hija, hermana. Que es posible que le falle a alguien. Que lo siento. O que quizás no lo sienta. Que la felicidad está en las pequeñas cosas y en los grandes momentos. Que igual no consigo quitarme estos cuatro kilos que hace ya dos años que arrastro. Que va a haber gente que se va a ir de mi vida. Que va a ver nueva gente entrando en ella. Que es parte de la evolución. Que voy a cambiar. Que mi esencia seguirá siendo la misma. Que la vida funciona así. Y que mola. Mola mucho.
Así que, si os queréis poner propósitos bien, y si no, bien también. Servidora este año se da fiesta. Estrenamos 2017. Felicidades Gente. Y a los que NO SOIS GENTE, Felicidades también.
#Feliz2007 #VamosAPorEllo #YoNoSoyGente #YVosotrosTampoco
Feliz Año a ti también Alicia. Tienes razón, todos nos proponemos muchos propósitos pero en dos meses ya los hemos olvidado. O sea que mejor vivir día a día lo que nos convenga en el momento. Lo que no va a cambiar es que, hagas lo que hagas, te queremos igual. Besitos!
Imma, ¿sabes? Ya con el tiempo veo que tu propones y la vida dispones. Así que en vez de escribir propósitos voy a esperar a ver que es lo que la vida tiene que proponerme. Estoy segurísima que es mucha más interesante y menos limitador.
Aunque igual tendríamos que ‘proponer’ vernos, no? Un besazo my dear. Que bueno saber que estás ahí.
Yo el único propósito que tengo desde hace años es ser feliz por complicada que sea la vida a veces, e intentar mantenerme así venga lo que venga…. Y no me ha ido mal hasta ahora… No podemos cambiar lo que nos sucede, pero si la manera de verlo… Bon any Alice!
Efectivamente, ahí voy llegando yo Carme. Yo al Año Nuevo solo le pido Salud. ¿Propósitos? Ir haciendo felizmente… Besos my Dear and Welcome Home!